lunes, febrero 20, 2006

Despedida conjunta

Aun a riesgo de que no capteis mi ironía, os diré que me encantan las despedidas de soltero, sobre todo las conjuntas.
(En parte, es uno de los inconvenientes del trastorno antisocial. Menos mal que la maettra aún se encuentra en un estadío más avanzado de dicho trastorno, porque si no nos tocaría salir algun fin de semana a tomar copas y salir a bailar y esas cosas...)
Pues bien, este sabado por la noche, nada mejor para paliar mi mal humor (por la petarda de adjunta que sufrí en la guardia en el hospital, la derrota de mi equipo de futbol 7 y el empate de las chicas del balonmano...) que una despedida conjunta.
(Sí, este sabado estaba que me salía).
El entusiasmo por acudir a dicha despedida pudo más que el mal humor, las escasas horas de sueño inquieto en el hospital, y el dolor de mi tendinitis. Así que nos plantamos en la casa donde el evento tuvo lugar (que para vuestra información está dos chalets más abajo del nuestro, quizás por eso fuimos, quien sabe).
Pese a ser los que más cerca vivimos de los invitados, llegamos los últimos. Así que la fase de pre-observación no la pudimos hacer. Pero fue bastante educativo ver a la gente ya dispuesta en torno a las mesas con comida, y los grupos establecidos.
Mientras me abalanzaba sobre la comida, me dio tiempo a establecer una pequeña clasificación. La mesa en que caímos era la de las solteras/separadas. Mujeres hipermaquilladas, hiperescotadas, compitiendo conmigo en cuanto a la velocidad de trasegar bocados. He de decir que de los tres tipos de paté ya se habían pulido uno cuando llegamos. Y eso que habían empezado hacía 5 minutos a comer!! Y ya había caído un litro de cerveza!!
Luego volveré a ese grupo.

Lo siguiente que me impresionó fue la cuñada de la novia. No he hecho la mili, pero conocerla probablemente fue la experiencia más cercana seguramente sentiré. ¿Me preguntó si quería ensaladilla o era una orden? El caso es que noté un golpe en el estómago y era el plato de ensaladilla servido por la doña, depositado precariamente sobre mi trozo de coca rellena y vaso de cerveza. ¡Y todo ello sin parar de hablar! Un portento, un portento.

Luego estuvimos un ratillo hablando con el novio, que me cae francamente bien. Es un tipo muy salado, sencillo, de risa fácil. Buena gente. Pero informático. Eso conlleva un puntillo friki o geek. Aun estoy por decidir cual es el del novio. Aun me falta conocerlo mejor.
Pero sus amigos eran los típicos amigos de un informático. Todos con a)muchos dientes o b)muchas encías. Y claro, c)risa estridente. De hecho había uno que todo el rato le oí hablar riéndose. Todo lo decía entre risas.
Había otro par de amigos del novio que estaban hablando tranquilamente de sus cosas. Lo cierto es que eran cosas bastante mundanas. ¡Por Dios! ¡Si hablaban hasta de fútbol! Pero hasta de fútbol lo hacían en plan intelectual, profundo y megaanalítico. Nada de superficialidad, no. Todo razonado y argumentado. ¿Fútbol y argumentos? ¡¡Incompatibles, como Ivan Campo y anticipación!!
La mujer/compañera de uno de ellos (el único con cara de ser capaz de tener pareja) no se libraba tampoco. No le oí decir ni la vi hacer nada raro. Pero por el peinado parecía que se había escapado de Footloose o una peli ochentera similar!! (Copyright La Maettra 2006)
Cuando me volví a fijar en el grupo de las solteras/separadas, ya casi habían acabado con el paté. De hecho se habían puesto delante de ellas el plato del paté y de los biscotes, habían acercado unas sillas y habían recargado la mermelada de naranja. Así que las reclasifiqué a "Las devoradoras del paté".
Ya estábamos en los postres, los ojos se me cerraban y no veía el momento de irme a dormir. Pero entrevimos que llegaba el momento de darles los regalos. Interesante, pensamos La Maettra y yo, ya decididos a contarlo en el blog en cuanto fuese posible.
La entrega de regalos al novio vino por parte del "amigo guay" del novio, secundado entre risas por el amigo Hilario (el que habla riendose). Los regalos fueron: una correa de pasear al perro, un babero mostrando un monigote empalmado, y un tanga rojo.
Luego vinieron los regalos de la novia, entregados por "GI Cuñada" (la hermana de GI Joe). En primer lugar, se le hizo entrega del tipico tarjeton con chiste malo (tan malo que ni lo recuerdo), y lleno de las dedicatorias de todos (de todos menos de la pareja de antisociales, moi et ma femme). Y lo que nunca se hace se hizo: la novia leyó una por una toooodas las dedicatorias. Al menos no leyó de quién era cada una.
El siguiente regalo fue unas bragas y sujetador "picantillos", que la novia se probó por encima...

Y ya decidimos que habíamos tenido suficientemente. Nos despedimos de los novios (que tras casarse serán nuestros vecinos... ejem...) y nos fuimos a dormir.

Y en dos semanas... la boda.

1 comentario:

Maettra dijo...

Al infierno vas!! DE CABEZA!!

He estado buscando alguna foto q os enseñase EXACTAMENTE ese corte de pelo, pero no la he encontrado. Sigo en ello.

Por lo demas, bueno, de vez en cuando hay q cumplir con las obligaciones sociales. Aunque en principio no nos apetezca nada, siempre se saca algo de provecho, aunque sea para un post del blog.

Ah! Esperamos la crónica de la boda, claro...