sábado, diciembre 24, 2005

Cuatro putas y un funeral


A veces para volver a casa la maettra y yo pasamos por el camino de al lado del conservatorio. Por la noche el camino es mucho más entretenido, porque hay mujeres en el arcén vendiendo su cuerpo. Queda un poco frívolo, lo sé. Pero como total... nos reímos de todo empezando por nosotros mismos...

Lo primero que hicimos fue establecer una clasificación (como con todo). La primera zona, más cercana a la Avenida, es la zona de "las Marus", ya que se trata de mujeres de edad media/avanzada, que entretienen la espera haciendo calceta.

La siguiente zona es la de "las Maris", puesto que son más jovencillas. Éstas deben de tener un proxeneta con aspiraciones en marketing. Van uniformadas, llevan las mismas botas altas, el mismo short y el mismo top.

Ya cerca del puente, encontramos la zona de "los Manolos". Éstas/os son los que más carne enseñan. Suelen ir con las tetas al aire (generalmente una mirando a Cuenca y la otra a Teruel)... y a menudo sin afeitar...

Pero lo que realmente inspiró el post (aparte de la maettra, que hoy me ha dicho que lo pusiera y yo soy un marido obediente) ha sido que hoy hemos visto un coche parado en el arcen de la zona de las maris. Eran las 4:45 de la tarde... un poco a deshoras, pensareis. Pero lo que nos ha llamado la atención es que era ¡un coche fúnebre! Si es que la gente es morbosa o está muy enferma o no sabe que ése no es el mejor momento...

Ah! Y que una noche, de madrugada (las 2) nos encontramos a un conocido político ilicitano parado en el semáforo en su coche de lujo, hablando con una de estas chicas... ¿campaña? ¿la intentaba convencer de que dejase esa vida? ¿O mejor pensamos mal, que es más divertido?

viernes, diciembre 23, 2005

La noche de los electrones vivientes


¡¡AVISO!!
Por deferencia hacia los lectores más impresionables, no se usaron comentarios clínicos ni descripciones gráficas de las patologías más asquerosas.
Tampoco se maltrató ningún animal a la hora de redactar este artículo.

Aclarado el tema... al tema!!



Vaya nochecita más curiosa. Llego a Santa Pola con la noticia de que hay fiesta estudiantil "Fin de exámenes del insti". Jo, que guay. Que ilu. Noche de agresiones entre mañacos, de menores borrachos, de llamar a sus padres y darles un susto...

Pero no. Ha resultado una noche de lo más tranquila. Ni siquiera me han llamado en mi turno y he dormido casi 6 horas de tirón. Pero qué guardia más rara...
Empezó más o menos movida. Tres o cuatro seguidos para cada uno de los dos médicos que éramos. Anginas, dolor de barriga, mareo, vértigo... hasta aquí todo normal.
Primera de la noche: llamada telefónica, para consultarle al doctor (en ese caso, yo mismo). Una señora verborreica que en resumen (que, si no, lleno media internet) lo que me decía es que se notaba como unas sacudidas por todo el cuerpo y que le daban mucho susto cuando le daban. Claro, yo ahí ni repajolera idea de lo que le podía estar pasando a la muier. Pero oyendo su discurso, tenía la sospecha de que muy bien no estaba (de la cabeza). Le voy preguntando, lo típico, que desde cuando le pasa (huuuuuuuuuuuuy... desde hase meses) y que a qué cree que se debe (yo creo que es por el medicamento de los nervios). Y ya hemos llegado donde íbamos, pienso yo. Aunque sospecho que la mujer quiere que le justifique que no se tome "el medicamento de los nervios", le sigo preguntando. Que desde cuando se toma el medicamento de los nervios. (Pos nene, desde el lunes). Claro, a mí tampoco me cuadra.
A todo esto, que llega mi compañero, que tiene plaza fija en ese centro. Más o menos le cuento de lo que va el tema, (a él y a la señora a la vez). Me dice que le diga que sí a todo, que es de su consulta y que no está bien. (Estoy hecho un hacha). Total, que complazco a la señora dandole permiso para dejarse la pastilla de los nervios y volver a su pastilla de toda la vida de los nervios... que es lo mismo que mi compañero le había dicho esa tarde en consulta.

Segunda llamada de la noche... una señora que estaba preocupada porque un medicamento nuevo que le habían recetado esa tarde la hacía ver doble, tener la boca seca, mareo... le pido el nombre del medicamento, y es un tranquilizante que en efecto tiene esos efectos secundarios. Y la peculiaridad de que se usa para ayudar a dormir, por todo esto. Te lo tomas, y te acuestas. Así si ves doble ni te enteras porque está todo oscuro. Pero la mujer se lo había tomado a las 5 de la tarde. Y claro, me contaba que veía doble, que iba mareada, de lado a lado de la calle. Lo que la mujer tenía era un globo de los reglamentarios!!
Y aun me dice la pobre que había leído en el prospecto que era HIPNÓTICO!!! Que cómo le daban un hipnótico!! (Aclaración: en farmacología hipnótico quiere decir que da sueño). Le pregunto que para qué era el medicamento. Y me responde: "Para dormir".
Que médico más malo... mira que dar un hipnótico a una mujer con problemas de sueño...

Aparición estelar de un individuo joven al que un coche deja en la misma puerta (eso lo suelen hacer cuando traen a alguien muy malito, así que nos alertamos un poco). Entra cojeando ligeramente. La celadora lo atiende:

-¿Qué le pasa?
-Pues mire, que he tenido un percance, y me he hecho un esguince grado II
(Huy, huy, huy... un listillo...) pero ya me lo he tratado yo, mi madre me ha puesto una venda. (definitivamente aquí perdió sus opciones).
-Entonces, ¿quiere que le atienda el médico?
-No, no, era para ver si me podían dejar unas muletas.
(Aissss.... que mala suerte, campeón, acabamos de dar las últimas... ^-^)
-Pues no, pero llame a la farmacia de guardia a ver si allí hay suerte.

Como decía Manolete: hay gente pa tó.

Tercera llamada de la noche: un chaval que está muy nervioso y asustado, la celadora lo intenta calmar. Pero acaba pasandonos el teléfono. El chico muy asustado nos cuenta que se ha despertado mareado y se ha dado cuenta que se había dejado la estufa encendida, y que estaba un poco mareado. Le decimos que abra todas las ventanas y que salga de la casa, que le mandamos una ambulancia para traerle al centro y administrarle oxígeno. Nos añade que ha tomado algo para dormir (algo muy flojo) y que está un poco mareado. Le decimos que se tranquilice, que no pasa nada.

Finalmente llega el individuo en cuestión traído por las chicas de la cruz roja (abandonad todo pensamiento lascivo, descerebrados!!).
Le tumbo en la camilla y le voy preguntando... hasta que me confiesa que la estufa (que yo siempre pensé que cuando se dice estufa queda sobreentendido que es DE GAS )... era ELÉCTRICA!! Así que le dije a la celadora que llamase a un taxi, que la intoxicación por electrones no era grave y el sujeto sobreviviría.

Y por último, justo antes de irme a dormir... vemos llegar un coche patrulla de Playmobil. Se baja el poli1, se baja el poli2, abren la puerta de atrás, baja un detenido-esposado... y sale corriendo!! (Todo esto presenciado desde dentro del centro de salud, a través de un ventanal). Los polis salen corriendo detrás, y al minuto ya están de vuelta, con el detenido adosado al poli1 con una media llave Allen (o como se llame la llave esa de lucha libre que le agarran por un brazo y la nuca). El detenido bramando como un toro... y el poli1 con una cara de mala leche que te cagas (confieso... a mí se me escapó un peico y todo).
Total, que lo entran y dicen que le hagamos el parte de lesiones para el juzgado y punto. Aquel sin parar de decir tonterías, insultar, amenazar. Pero a ratos, se echaba a gimotear diciendo "Que yo no tengo a nadie a quien le importe... ni una hermanica ni na... no tengo nadie que se preocupe por mi...". Para acto seguido amenazarle al médico, al enfermero, a la celadora...

Acabamos pinchándole un tranquilizante de esos para caballos en el muslo, dada la poca accesibilidad del trasero del detenido.

Y ahí ya me fui a dormir... como que ya tenía bastante.

Bueno, para acabar, antes de irme del centro de salud, me saco un café de la máquina (por la pura necesidad de cafeína, el sabor es lo de menos). Esa máquina es tremenda... acepta todas las monedas. Así que generalmente la usamos para descargar la chatarra. Pero hoy llevaba una moneda de Euro, y es lo que he usado. Pues bien... me ha devuelto los 70 centimos de vueltas en moneditas de 10c, 5c y 2c...

Eso es lo que llamo yo una venganza en toda regla...

viernes, diciembre 16, 2005

Buscando buscando triunfé patinando


La negramurguera, cuya pagina visito asiduamente, a menudo comenta cómo llega la gente a su página, mediante el uso de buscadores. En la web que lleva las estadísticas pone la palabra o cadena de palabras que la gente utilizó para dar con tu web. Y de verdad que es sorprendente.
Yo de momento no tengo demasiadas visitas. Pero ya da para sorprenderse. Por ejemplo, hay quien me ha enlazado desde una pagina que enseña japonés (o eso pone en mi ecoestadística). Y recibo un par de visitas a la semana de EEUU (???). En otra ocasion me encontraron buscando en Google "Tabix". Aun no sé qué es "Tabix".

Pero, lo mejor es que hay una web que recoge este tipo de cosas. Vamos, que recoge palabras o cadenas de palabras que la gente usa en Google. Gente con blogs, o webs, que se sorprenden ante la cadena que usó alguien para dar con ellos. Y de verdad que alucinas con lo que la gente busca:

El mejor ejemplo...

"En Microsiervos publicaron un tragicómico post sobre este tema, a raíz de que encontraron en sus logs a un usuario que había llegado tras buscar esto en Google: “dios mio que va a ser de mi que me toque una primitiva de varios millones de euros gracias”"

En fin... la web no tiene desperdicio y se puede participar: QUE BUSCAS QUÉ!

Hay gente pa tó

Visitando paginas webs de frikis, la maettra me ha enviado esto. En la pagina lo catalogan como "Sacapuntas para oftalmologos". Yo añadiría "...y para sádicos". Seguro que le encanta al primopolítico.
No tiene desperdicio la web, por cierto. Echadle un vistazo: No puedo creer que lo hayan inventado

Las vacaciones se acaban...

Por 4 días. (ñej ñej ñej)

miércoles, diciembre 14, 2005

Vuelve a la casilla de Salida, sin cobrar


Hoy estaba de paseo por la ciudad. Estoy de vacaciones, puedo hacerlo si quiero, ¿que pasa?
Y mi paseo me llevaba al estadio del Elche. (Por cierto, me he encontrado con el padre del primopolitico).
He estado viendo un rato el entrenamiento. Luego he hablado con el jefe de prensa para poder sacarme unas fotos con el polaco. Mas que nada por sus fans polacos, que lo pedian muy insistentemente en el Foro.

Mientras esperaba, me he encontrado con un paciente de la consulta. Le recordaba porque estuvo de baja justo antes de irme yo de baja. Fue por un golpe en las costillas. Como de costumbre, nada roto, pero muy doloroso y muy pesado. Tardaba mucho en pasarsele del todo. Yo ya he visto que suelen tardar bastante en aliviarse. E intentaba paliarlo con medicamentos y avisandole de que sería así. Entre mi baja y mis vacaciones, le perdí la pista. Y hoy me ha contado que le despidieron.

No le dieron ningún tipo de motivo. Así que fue por la baja. Así es la obra, me decía él, entre resignado y rabioso al recordarlo.
Y una mierda. Así es la empresa de este pueblo. Tengo muchos amigos que llevan AÑOS trabajando en el mismo sitio. Y enlazan contrato de 6 meses tras contrato de 6 meses. Ahora no pasa nada. Pero llegará el día en que pase. Y mucho.
¿Qué puede hacer un aprendiz de médico ante esto?
¿No dar la baja y que sufra el paciente?
¿No dar la baja y que le despidan por bajo rendimiento?
¿No dar la baja y que se complique algo banal?

Perra vida.

lunes, diciembre 12, 2005

Objetivo agradecimiento


¿Qué me mueve a querer ser médico? ¿Por qué se me metió en la cabeza la idea de ser médico, y por qué si volviese a nacer lo volvería a hacer? ¿Y por qué precisamente Médico de Familia?

Hace aproximadamente 14 años (la mitad de mi vida, prácticamente) nació dentro de mí la idea de ser médico. La mayoría de las personas toma la decisión de qué va a ser cuando sea mayor en un momento entre su infancia y la adolescencia. Otros, simplemente se dejan llevar por la vida. Y a otros la vida les arrolla.
En mi caso, esta certeza me vino en el instituto.

Y un buen día de repente me estaba matriculando en la facultad de medicina de Valencia, alborozado, emocionado. Los dos primeros años sí que recuerdo que me motivaba pensar que estaba estudiando para ser médico, que es lo que "siempre" había querido. Luego simplemente me motivaba aprobar. Y en honrosas excepciones, aprender.

Y de repente, estaba preparando el examen MIR. Ya se suponía que era médico, pero ahora tenía que decidir qué tipo de médico. Qué especialidad. Una tarde, hablando con mi madre, llegué a la conclusión de que siendo leal a mis ideas, la mejor especialidad era la Medicina de Familia. De eso va este post (Premio para ti si has aguantado hasta ahora).

¿Qué me motiva a ser médico? ¿Qué me hizo decidir este camino?

Si se lo preguntas a los eruditos, te hablarán de motivaciones intrínsecas, de motivaciones trascendentes. Es decir, el altruismo, la empatía, el no tolerar el sufrimiento ajeno, el sentirse bien tras ayudar al prójimo. El darlo todo a cambio de poco. Y eso es cierto. Yo quería ayudar a la gente a sanar. Esos eran mis pensamientos con 14 años.

Ahora, tras conocer la medicina que se practica en el hospital, y tras conocer la medicina que se practica en el centro de salud, mis ideas han cambiado. Son tan sólo un matiz, no un cambio de dirección. Es poco. Pero emocionalmente para mí son un mundo.

Lo intentaré ilustrar con una historia. Casi todo es verídico.

Un día estaba de guardia en el hospital, y atendí a una persona encamada. Era una señora de unos 50 años. Padecía un cáncer incurable, y estaba en "cuidados paliativos". Yo tengo la idea de que estas personas siempre que sea posible deben de morir en su casa, en su cama, rodeados de sus cosas y su gente. No al lado de otro paciente, con una cortina de por medio, con una auxiliar desagradable, y con una comida que ni siquiera se plantea comer. No en esas condiciones. No sin su dignidad. Así que me lo pienso MUCHO antes de ingresarles.
El caso es que la mujer venía porque tenía fiebre. En un paciente con cáncer, el estado de sus defensas muchas veces es precario. Y pueden descender tanto que incluso un simple constipado se les puede llevar. Así que se toman una serie de medidas. Para empezar, se les pone en una habitación individual (hay 3 en la observacion de urgencias de mi hospital), para que nadie les contagie nada.
Le expliqué que la dejaba en observación unicamente hasta saber si sus defensas estaban muy bajas o si había alguna complicación que necesitase tratamiento hospitalario. Y que de otra manera, le daría el alta. La mujer además tenía dolores por todo el cuerpo. No recuerdo si eran parte de su enfermedad o parte del cuadro febril que la trajo ese día. Pero no me andé con chiquitas y usé un analgésico muy potente, que además causa sedación. La analítica salió normal, así como el resto de las pruebas. No había nada grave. Eran las 9 de la noche. Me pasé por la habitación y tanto ella como su hija estaban dormidas. La hija se despertó ante mi presencia, y fuera, le dije que estaba todo bien, que solo era fiebre y que era lo que había que controlar, que no hacía falta ingresar. Ella lo vio bien. Hice un comentario acerca de lo plácidamente que dormía su madre. La hija me contó que pasaba unas noches de perros. Que rara vez dormía más de tres horas seguidas.
Decidí darle el alta a la mañana siguiente. Dejé el informe de alta redactado, y me costó discutir con uno de mis adjuntos. Pero la noche pasó sin novedades para mi paciente.
Por la mañana, se me había acumulado mucho la faena, y apenas intercambié dos frases con la paciente y su hija cuando les di el alta.
Pasaron los días, y volvía a estar de guardia. Era un día de perros, no estaba muy fino y encima la guardia estaba imposible. Una compañera de Oncología estaba de guardia de planta, y nos vimos en la cena. Me contó que una paciente suya estaba encantada conmigo. Yo no recordaba el nombre, pero la compañera me contó que la había atendido en urgencias por fiebre y que la había dejado pasar la noche allí. Y que había dormido como hacía mucho tiempo que no dormía. Le había dicho que si me veía por favor me diese las gracias.

En ese momento, todo el peso de la guardia se alivió. Todo el mal humor se disipó. Es el momento en que ves que lo que haces merece la pena. Es mi motivación. En mí surgió una nueva certeza. Lo que me mueve, lo que me motiva día a día es el agradecimiento del paciente. Aunque no le cures. Aunque a veces solo le alivies. Aunque siempre le consueles... nada más... nada menos. En la mirada, en un gesto, en sus palabras.

Ese es mi objetivo como médico... el agradecimiento.