Paciente de unos 50 años, que acude a la clinica alegando un accidente laboral, exigiendo atención médica urgente. Le duele el codo. Le exploro y detecto una epicondilitis o codo de tenista, que es un sindrome doloroso de LARGA instauración. Le pregunto que desde cuándo le duele y me dice que desde hace ¡tres años! Le pregunto que qué ha pasado hoy para venir urgente, y me dice que ha pensado que de hoy ya no pasaba, que no lo dejaba correr más.
Me trago todo lo que me pasa por la cabeza decirle y le miento, diciéndole que unos antiinflamatorios le irán bien (entre otras cosas porque ya me ha expresado su total y completa aversión a las agujas). Lo mando a la farmacia a por los medicamentos y una codera, mientras le preparo los papeles que tiene que llevar a la empresa. Mientras tanto, aireo la consulta y prohibo a todo el mundo que encienda fuego por el riesgo de combustión, dada la concentración de alcohol en el ambiente...
Y tras ponerle la codera, tiene lugar la siguiente conversación:
-Entonces ¿cómo me tomo la medicación?
-Como le he puesto en esta hojita: una por la mañana y una por la tarde.
-Ah, pues entonces empezaré pasado mañana.
-¿Pasado mañana? ¿Y eso por qué?
-Por que mañana tenemos la comida de empresa y no hay que mezclar el alcohol con los medicamentos.
-Hombre, yo empezaría ya con los medicamentos y mañana no bebería alcohol.
-No, no, no. Yo para eso soy muy serio: si bebo alcohol no tomo medicamentos.
-Pero hombre, hágalo al revés, si toma medicamentos no beba alcohol. Mañana toma agua o pitusacola en la comida.
Aquí el hombre me echa una mirada... como si le hubiese dicho que en realidad es una mujer y nunca se dio cuenta porque sus padres lo vestían de chico desde niño.
-No, doctor, que yo para eso soy muy estricto.
-Bueno, usted verá lo que hace con su salud.
Y me echa una mirada de seguridad en plan: "Sé lo que me hago, confíe en mí".
Equivocado, sí, pero concienzudo un rato.
viernes, diciembre 22, 2006
viernes, diciembre 01, 2006
Herrdoktor en la tele (bis)
Bueno, pues queridos amigos y amigas... aquí, por cortesía de la Maettra, mis 15 minutos de fama... en dos partes (Youtube, es lo que tiene). La del collar de bolas chinas es la presentadora.
Os dejo cebaros a gusto y a discreción conmigo, cuanto queráis.
Primera parte:
Segunda parte:
Os dejo cebaros a gusto y a discreción conmigo, cuanto queráis.
Primera parte:
Segunda parte:
miércoles, noviembre 29, 2006
Herrdoktor en la tele
En parte gracias a JL, este mediodía me han entrevistado en TeleElx, donde he hablado sobre la Medicina Deportiva. Está siendo un año lleno de novedades: rueda de prensa, entrevista en la tele, fotos oficiales, notas de prensa... ¿el otro fútbol?
En fin, si queréis ver como cantinfleo... Jueves 30 a las 14:15h, 16h y 20h.
En fin, si queréis ver como cantinfleo... Jueves 30 a las 14:15h, 16h y 20h.
lunes, noviembre 27, 2006
Nombres de pega
Ya os comenté en otro post mi afición en horas aburridas de guardia de hacer hojas de urgencias con nombres de pega (Elena Nito del Bosque... Stoika Chonda... Pedro Espí Dermán...)
Pues bien, por lo visto tengo un alma gemela en un pueblo gallego, donde le pasaron una nota a la cantante de la verbena para que anunciase que una niña estaba en el puesto de la Cruz Roja. La cantante, muy atenta ella, repite varias veces el nombre...
Pues bien, por lo visto tengo un alma gemela en un pueblo gallego, donde le pasaron una nota a la cantante de la verbena para que anunciase que una niña estaba en el puesto de la Cruz Roja. La cantante, muy atenta ella, repite varias veces el nombre...
miércoles, noviembre 22, 2006
El sindrome del recomendado
Buenas tardes amiguitos y amiguitas. Hoy hablaremos del síndrome del recomendado, que es una variedad más de la Ley de Murphy aplicada a la medicina. En este caso, sería "Cuanto más interés personal tengas en que todo salga bien en la atención médica a tu paciente familiar o recomendado, peor saldrán las cosas".
Como caso práctico, (ESTE, aunque algo alterado por mi delirante imaginación) hablaremos del caso de "L" (No, no es Lesbiana, aunque rima).
L comienza con dolor abdominal. El dolor parece que es más agudo en el lado derecho del abdomen. (Sí, amiguitos, ahí donde está "la pendi"). Como el dolor parece que no cede, llaman a un amigo médico que trabaja en el hospital de su localidad, al que aparte de dársele muy bien eso de la medicina y la anestesiología, le gustan mucho las olivas sevillanas. Mi colega, todo sentido común, les emplaza a dirigirse al servicio de urgencias de dicho hospital, donde él les esperará, guiará y agilizará los trámites.
Bueno, aquí llega el primer error en el síndrome del recomendado. Cuanto más te impliques, más posibilidades de que las cosas se tuerzan donde y cuando uno menos se lo espera.
L llega al servicio de urgencias, con mucho dolor. Se le toma la temperatura y quizás tiene algo de fiebre o febrícula (fiebre a partir de 38ºC, febrícula de 37'5 a 38). Se le decide pasar a una cama. Pero resulta que el servicio anda colapsado y no hay más sitio en el área de observación que en un pasillo. (Veis? Veis? Síndrome del recomendado!)
Se le extrae sangre para realizar una analítica, se le solicita orina, para incluso realizar una prueba de embarazo (Pese a las medidas habituales, como el DIU o los anovulatorios, a veces se producen embarazos tipo McGyver que pueden complicarse de forma muy dolorosa).
Mi colega, una vez más haciendo gala de su buena praxis, ante el dolor tan agudo (quizás algo exagerado según apunta el marido de L), apunta entre las sospechas diagnósticas la apendicitis. Por su trabajo, anda en contacto constante con los cirujanos. Se entera de quiénes están de guardia y les pide como favor personal que valoren a L. (Otro error del síndrome del recomendado, ahora se extiende también a los cirujanos).
Mientras tanto, llega la analítica sanguínea, que muestra leucocitosis, un signo que corroboraría en parte el diagnóstico de apendicitis.
Y el síndrome del recomendado comienza a dar la cara: se ha perdido la orina. No ha llegado al laboratorio. En urgencias se usa un sistema para enviar muestras al laboratorio, similar a los tubos con que recogen las recaudaciones en los supermercados y que tanto fascina a la Negra Murguera. A veces este sistema falla... y las muestras desaparecen. En ocasiones llaman de tal o cual planta, avisando de que ha aparecido allí tal o cual muestra... otras veces... nunca más se supo...
El tiempo pasa, recogen la nueva muestra y la mandan analizar. El dolor (síntoma y por tanto subjetivo) persiste, cada vez más agudo. L está nerviosa, muy dolorida. Mi colega, por supuesto, muy preocupado, pues si se trata de apendicitis, en cualquier momento puede romperse el apéndice, liberar pus al abdomen y provocar una peritonitis, una situacion muy grave... decide volver a avisar a los cirujanos. Los cirujanos, ante la situación, deciden cortar por lo sano (esto es un mal chiste médico, lo siento) y meterla a quirófano. Todo concuerda: dolor típico, evolución, fiebre, leucocitosis... el riesgo de no operar supera al de operar? Sí. Pues padentro.
Resultado: Laparotomía blanca. Un apéndice sanísimo. La culminación de un síndrome del recomendado.
Analicemos:
- ¿Obraron bien mi colega y los cirujanos? Sí, si pensaban que el riesgo de no operar era superior al de operar, teniendo la sospecha fundada de si era una apendicitis.
- ¿Se tiene derecho a solicitar daños y perjuicios, por el riesgo sufrido? Como poderse, se puede, por supuesto. Pero tal y como pienso que sucedió todo... Si todo iba indicando la sospecha de apendicitis, solo se puede achacar al fallo humano. Nunca a la mala praxis ni a la negligencia. Negligencia y mala praxis hubiese sido no operar o al menos no realizar una prueba de imagen (una ecografía) teniendo y documentando la sospecha de una apendicitis.
-¿Hay opciones de recibir indemnización en virtud a riesgos y/o perjuicios recibidos (cicatriz)? Pocas, puesto que los perjuicios recibidos por suerte han sido escasos y probablemente se argumentaría la necesidad de operar ante la sospecha. Recordemos: riesgo de no operar vs riesgo de operar.
- ¿Se debería haber realizado prueba de imagen o valoracion ginecológica? En un entorno ideal, sí. Me explico: si no hubiese supuesto una gran demora la realizacion de una ecografía o una valoración ginecológica, sí. Pero tal y como parece que estaba la urgencia ese día, no parece lo más aconsejable teniendo en cuenta la sospecha de apendicitis y la posibilidad de perforación si se deja evolucionar más de la cuenta.
- No todos los cirujanos son iguales. En efecto, les encanta operar (si no, mala profesión escogieron). Pero la mayoría se afana por demostrar que NO tiene nada quirúrgico, y generalmente para ellos operar sea la última opción salvo emergencia. (Parece mentira que diga yo, médico convencido, esto)
- ¿Salpicaría cualquier proceso legal a mi colega? Sí, si se ha involucrado de forma legal: si ha escrito en la historia o registro de urgencias, si ha solicitado pruebas,... dudo que pasase más allá de que le llamasen a hacer una declaración. Pero no es una situación en absoluto agradable. Aunque, claro, tampoco lo es que le operen a uno sin necesidad demostrada a posteriori.
- ¿Hubiese decidido yo operar? Según pintaba el caso, y en las mismas condiciones, si hubiese sido mi amiga, mi mujer, mi hermana, mi madre... seguramente sí. En esos casos, yo prefiero siempre una operación de más que una de menos. Aunque, maticemos: no es lo mismo una mujer sana de veintitantos-treinta que un anciano con varias enfermedades. El riesgo de una anestesia general varía de forma abismal. Aunque la pregunta se la devuelvo a la audiencia del blog:
Tras estar tu mujer/hermana/amiga cinco horas en urgencias más dos o tres en casa encogida por el dolor, en un pasillo, tras que se extravíe la analítica en una ocasión. Tras ver a tu amigo el médico con cara de preocupación a tu lado, que te dice que parece que es apendicitis y además las pruebas no indican lo contrario. Tras todo eso, los cirujanos te dicen que piensan que se trata de una apendicitis y que deben de operar, pues si no se expone a la paciente a una peritonitis, situación muy grave.
Tras todo eso... ¿Os hubiéseis negado a que la operasen hasta que estuviesen seguros 100%?
lunes, noviembre 20, 2006
Despertares
Salí el otro día del entrenamiento con ganas de contactar con medicina de verdad. Así que me fui a ver a Donadoni, mi tutor del año pasado, mi tutor para siempre. Pudimos hablar poco, que a las 13:30 aún tenía bastante trabajo. Pero fue tiempo suficiente para darme una gran alegría: mi compañero Sergio, el que tuvo el accidente, tras darle el alta en el hospital de Alicante e ingresar en una clínica de Barcelona... ha mejorado muchísimo.
Se despertó del coma, habla, recuerda, se identifica como médico... lo único, que tiene la parte izquierda del cuerpo un poco más torpe... pero el caso es que, en contra de lo que pensábamos... despertó. Acabó su pesadilla. Yo no soy creyente... pero ante la fe que mostraba su padre... ¿quién es capaz de pensar que eso no tuvo nada que ver? Parece que, finalmente, su Ángel de la Guarda hizo unas llamaditas...
domingo, noviembre 05, 2006
Buena idea...
Sabado noche, de juerga en mi nuevo trabajo (urgencias de un hospital privado alicantino, contrato indefinido, muuuuuucho mas tranquilo que el hospital de Elche). Son cerca de las once de la noche, y el siguiente paciente que me pasan viene por... "constipado". (Vivan las urgencias)
Cuando le hago pasar, resulta ser un joven de mi edad (abstenerse maliciosos comentarios). Complexión fuerte, vestimenta "smart casual".
Me pide disculpas lo primero, pues entiende que no es para ir a urgencias, pero que está yendo a un curso a Madrid desde hace un mes y el ritmo es tan alto que no puede ni ir al médico. Y que esta semana son las pruebas fisicas.
Comienzo a explorarle la garganta, el cuello, cuando llega el momento de auscultarle y le pido que se levante la camisa por detrás... mi paciente titubea un poco, y dice "Espere, que mejor si le enseño esto..." y me enseña una placa policial.
Mientras yo comienzo a preguntarme que por qué me enseña su placa... me sigue diciendo:
"Es que llevo la pistola y es para que entienda por qué la llevo" (Mientras me enseña también brevemente su pistola reglamentaria que lleva en la cinturilla del pantalón.
Buena idea!! Porque si llego a ver la "pipa" sin más... imaginaos...
miércoles, octubre 25, 2006
Más frases célebres
lunes, octubre 23, 2006
Sobre el alambre
Aun no os he contado cómo es esto de trabajar como médico en un club de fútbol. Desde luego, sigue siendo medicina, pero una medicina diferente. Mi compañero, PJ, dice que es como caminar sobre el alambre. Y, pasados unos meses, he de darle toda la razón.
En un principio, entrar en un vestuario es decepcionante. Quizás se tiene idealizados a unos jugadores, que luego son personas de lo más corriente. Tienes ideas formadas de cómo será éste o aquél, y luego el tiempo de da o te quita la razón sobre tus ideas preconcebidas. Unas veces te confirman lo que te temías de determinados personajes, y otras veces te sorprendes agradablemente. Pero si tu trabajo es de médico debes de estar por encima de esas cosas. Tienes que tener claro tu puesto dentro del vestuario. En mi caso, es sencillo, puesto que siempre que he llegado a un trabajo nuevo, he tenido la misma actitud: "No he venido a hacer amigos, sino a trabajar, y si trabajando hago algún amigo, bienvenido sea".
Cercanía, sin pamplinas; seriedad sin amargura; predisposición sin servilismo.
Una vez cogido tu lugar en el vestuario (cosa que además hay que mantener día a día), te vas implicando en la dinámica del grupo. Te identificas con el equipo, llegas a ser parte de él, una parte especial y diferente, pero parte del equipo al fin y al cabo. Ir en el mismo barco, remar en la misma dirección. Compartir las alegrías y las penas. Dar apoyo a todo el mundo.
En lo esencialmente médico, es una medicina diferente, especial. Son unos pacientes muy especiales. El mundo del fútbol es un mundo de clichés. De costumbres adquiridas y casi inamovibles. De ideas muchas veces fijas. Nuestra labor, a la hora de modernizar la medicina del fútbol, es ir haciendo cambiar esas ideas. Ir haciendo ver que lo diferente no siempre es malo, y que lo de siempre no siempre es bueno. y ahí tienes que lidiar con jugadores, entrenador, preparador físico... utilleros...
Por otro lado, hay muchas cosas en juego. Muchas interferencias entre médico y paciente. Demasiadas presiones sobre el jugador, sobre el entrenador, sobre el médico. Debemos de jugar con los plazos de recuperación. ¿Cuándo es el momento de forzar? ¿Debe jugar este jugador, puede entrenar a tope?
En una persona normal, si te retrasas una semana no pasa gran cosa. En un equipo de fútbol una semana es un mundo. Si te precipitas, malo. Si te retrasas, malo. Y si encima las cosas no van bien al equipo... todo es peor. Debes de jugar con eso: con recuperar pronto, con recuperar bien del todo, con recuperar con ciertas garantías, con ir parcheando para que pueda jugar...
Lo que se dice ir sobre el alambre.
lunes, octubre 09, 2006
Remedio para el hipo... diferente
He recibido por email una noticia medica curiosa. Dado que mi remedio para el hipo no siempre es efectivo (y además he aprendido que en adultos solo se puede hacer una vez, luego no funciona), os lo pongo. Seguro que algunos lo encontráis más... aplicable... que otros.
Retazo literario
Estaba en una popular tienda de libros de Elche, esperando para pagar el regalo de santo de mi madre... cuando oí a alguien declamar (no decir ni gritar... DECLAMAR):
"La verdad... es que no sé que hacer con Matilde Asensi"
Esto ya en sí, es un señor retazo de tomo y lomo. Tanto por la frase en sí, como la manera en que se declamó, como por el lugar en que se hizo. Pero es que siguió:
"Si quieres una buena novela de Matilde Asensi, lee "Iacobus"... porque luego se le fue un poco la olla con los dos últimos"
Ya comenzaba a pensar que:
a)Era la voz de mi conciencia, pese a que no iba a comprar ninguno de esa escritora.
b)Era un desequilibrado que hablaba solo.
Pero la mujer que tenía al lado, se giró y le respondió no se qué.
¿Quizás fingía que no lo conocía, hasta que no pudo fingirlo por más tiempo?
Un buen retazo, sí señor.
Aquellos caramelos
Cuando era pequeño e iba al colegio, había una costumbre que ahora, al cumplir años de nuevo, he recordado. Cuando un niño de clase cumplía años, traía una bolsa con caramelos (caramelos normales, piruletas, chupachups,...) y los repartía al resto de los niños de la clase. Luego, la clase le cantaba "Cumpleaños Feliz"... y siempre había algún niño repelente que se la sabía en inglés.
El 7 de Octubre, un niño repelente cumplió 30 años, sin trauma de ningún tipo. Espero seguir cumpliendo muchos más y seguir siendo tan repelente. :P
viernes, septiembre 29, 2006
El otro lado del espejo
Acabo de llegar a la clínica, a primera hora de la mañana. Estoy dando los datos cuando un chico con el pelo grisáceo se acerca también al mostrador, a mi lado. Le pregunta a la administrativa si ha llegado ya el médico. Algo en la mirada, risueña, de la administrativa me hace pensar que hay algo sospechoso en la pregunta. Le dice que no, que aun no ha llegado. Pues vaya gracia, pienso yo, madrugar para dar el desayuno a mi hija a tiempo de que mi marido se la lleve al cole, poder hacer las camas y recoger la casa... y llegar antes que el médico. Aun así, sigo pensando que hay gato encerrado. Cuando el chico protesta, quizás demasiado exageradamente, mis sospechas aumentan. Mientras acabo de dar los datos el chico se va hacia la sala de espera.
Cuando llego yo, la sala de espera está vacía. Cojo una revista, dispuesta a esperar, cuando llega la administrativa y me dice que pase, que el médico está esperando.
Entro y me encuentro al chico de antes sentado tras el escritorio. Vaya, hombre. No me hace gracia que se rían de mí. No empiezo bien yo con el nuevo medico este. Me gusta que esté el de siempre, que es más mayor y seguro que sabe más. Se levanta, me da los buenos días con una sonrisa agradable y me pide por favor que me siente. No sé por qué, pero consigue que cambie de opinión. Parece agradable.
Me pide que le cuente qué me trae a la consulta. Mientas le cuento mi problema, noto que me presta toda su atención. No me interrumpe, aunque sé que de vez en cuando me voy por las ramas un poquito. No tanto como dice mi marido, por supuesto.
Luego me pregunta tres o cuatro cosas, siento que da en el blanco, que practicamente ya sabía qué era lo que me pasaba.
Luego me pide que pase a la camilla. Al explorar, el jodido pone el dedo justo donde más duele. ¿Ahí? Me dice, mientras doy un respingo. ¡¡Sí, sí, ahí, ahí!!
Mientras se lava las manos, le pregunto si me va a pedir alguna prueba, por lo menos una radiografía, aunque lo que espero es que me pida una resonancia. Se gira, un poco confuso y me dice que no, que tiene claro el diagnóstico, que lo ve bastante claro y no ve necesario pedir ninguna prueba de imagen. Le respondo que es que así me quedo yo más tranquila. Me salta con no se qué de que los criterios para pedir pruebas son médicos y no para tranquilizar a nadie y que las pruebas no curan. Me toca las narices el enterado este. Le respondo que entonces como sabe qué es lo que me pasa a mi.
Se sienta, me pide que me siente. Me explica, tranquilamente, qué es lo que piensa que tengo y por qué piensa que lo tengo. Incluso me hace un dibujo, me saca un diagrama y me pone varios ejemplos. Más o menos me hago una idea. Por lo menos se ha molestado en explicar las cosas, no como los de la seguridad social, que te dicen que bebas mucha agua y si les aprietas te mandan a un especialista que te verá como muy pronto en dos meses.
Me pone un tratamiento y me pide que vuelva a la semana para ver cómo ha ido.
Me voy a casa contenta, pero aun así... estaría más tranquila si me hubiese pedido alguna prueba.
miércoles, septiembre 06, 2006
Hallazgo radiológico
Ruth comentaba que en mi experiencia como médico en este pueblo (ojo, digo pueblo porque soy ilicitano, cualquier otra persona no ilicitana tiene prohibido llamar a Elche otra cosa que ciudad) habría visto/oido/tocado cosas raras y tan llamativas como la del amigo tan simpático del post anterior.
En respuesta a tu pregunta, Ruth... una imagen vale más que mil palabras. Entró diciendo que le dolía la barriga. A la palpación ya se notaba algo raro. Pero fue la placa lo que nos sacó de unas dudas para crearnos otras nuevas.
¿Cómo? ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué?
Empezó contando que le habían abordado por la calle, metido en un coche y obligado a meterselo por el orto.
Mas tarde, los cirujanos que se lo extrajeron, junto con grandes cantidades de lubricante, eran cuanto menos escépticos sobre dicha historia.
¿Qué era?
Real como la vida misma... como dirían los comentaristas de Canal 9 ante un penalty clarisimo en contra del Valencia: Juzguen ustedes mismos.
En respuesta a tu pregunta, Ruth... una imagen vale más que mil palabras. Entró diciendo que le dolía la barriga. A la palpación ya se notaba algo raro. Pero fue la placa lo que nos sacó de unas dudas para crearnos otras nuevas.
¿Cómo? ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué?
Empezó contando que le habían abordado por la calle, metido en un coche y obligado a meterselo por el orto.
Mas tarde, los cirujanos que se lo extrajeron, junto con grandes cantidades de lubricante, eran cuanto menos escépticos sobre dicha historia.
¿Qué era?
Real como la vida misma... como dirían los comentaristas de Canal 9 ante un penalty clarisimo en contra del Valencia: Juzguen ustedes mismos.
martes, septiembre 05, 2006
Hay que mirar sobre qué se sienta uno...
Mira que hay gente que le pasan cosas raras. Conozco a uno o dos que una avispa le picó en la lengua... a alguno que se pilló el codo con la puerta de su coche... cerrada por sí mismo... o que se le cayó el móvil mientras cerraba la misma puerta, con la puntería de atrapar dicho móvil con dicha puerta...
Pero esto lo supera todo...
martes, agosto 29, 2006
Santorales
5 de Agosto: Día del Ángel de la guardia. ¿Dónde estaba el Ángel de la Guardia de Sergio Mínguez, en coma desde el accidente que tuvo al salir de guardia? ¿Por qué no le retrasó un minuto la alarma del despertador? ¿Por qué no hizo que alguien le aparcase en doble fila? ¿Por qué no le hizo coger otro camino? Perra vida.
20 de Agosto: Santa Nómina. La niña inglesa "R", tras suturarle el que escribe un feo corte en la barbilla, entre lágrimas, nos da un beso y un abrazo al enfermero y a mí. Ese día, pese a que mi cuenta bancaria se mueve menos que los ojos de Espinete, me considero pagado por un mes.
29 de Agosto: Santa Insulina. Que tristón estoy esta mañana, leches.
jueves, agosto 24, 2006
Hipocondria
Hay una limpiadora en el hospital (con una turbia historia del pasado), que es una hipocondriaca de coj... de libro. Tiene la rara facultad de aparecer pidiendo que le echemos un vistacito a la tensión o al hombro ese que le duele desde hace tres años, justo en el momento en que la guardia está más colapsada y el que escribe está a punto de estallar. Aparte de ser una freaky de coj... de campeonato, es empalagosa (o pamplinera, como diría Donadoni) hasta decir basta.
Anoche, en pleno apogeo de fracturas, suturas y marrones varios, aparece a ver si le infiltrábamos el hombro. El residente se la ventiló en un plis de muy buenas formas. Yo no hubiese sido tan amable, ni mucho menos.
Reflexión final: para algunos hipocondriacos, trabajar en un hospital debe de ser como para otros quedarse encerrado en una pastelería.
lunes, agosto 07, 2006
Manual del residente
Hay una serie de leyes que todo médico residente que empieza debería tener en cuenta... porque si no las aprende a palos. Por el bien de la humanidad y de estos pobres corderitos que empiezan ahora, ahí va una primera versión del "Manual HERRDOKTOR para residentes".
- Ley de la mutabilidad de la anamnesis: no importa lo bien que hayas historiado a tu paciente. Cada vez que alguien diferente a ti lo interrogue... contará algo completamente diferente! (Aportará datos nuevos, se contradirá, te contradirá) No es que lo histories mal. Es que siempre pasa.
- Algoritmo del especialista: lo mismo que las preguntas clásicas que se le hacen al paciente son (¿Qué le pasa? ¿Desde cuándo? ¿A qué lo atribuye?)... las preguntas del especialista al que llamas para consultarle sobre un paciente serán: ¿Quién eres? ¿Eres residente? ¿Se lo has contado antes a tu adjunto? Esto llegó hasta límites insospechados en dos ocasiones: Un amigo, conociendo ya las preguntas, al contactar con un cirujano a altas horas de la madrugada, se identificó como residente de primer año. Por hacer esto, el cirujano le dijo que no pensaba bajar (cinco minutos más tarde estaba viendo al paciente que mi compañero le quería consultar, con cara de chiste). El segundo caso, me ocurrió a mí: dolor de pecho, en el ECG un infarto de libro. Llamo a UCI, que me hace las preguntas de rigor. Eran las 5 de la madrugada, con lo que mi adjunto no estaba operativo. Así que le dije que no me hacía falta consultarlo con mi adjunto, que lo consideraba una pérdida de tiempo. Me preguntó si estaba seguro. Mi respuesta: "Yo no, pero el paciente, sí". Por supuesto, bajó a ver al paciente y se lo subió a la UCI.
- Ley de la mutabilidad de los criterios radiológicos: los criterios para realizar pruebas radiológicas varían en función de la hora que sea. A las 7 de la tarde, dormida su siesta, se hace la prueba que haga falta. A las 4 de la madrugada... ya puede estar saliéndosele el cerebro por las orejas...
- Ley de la mutabilidad de los criterios de los especialistas: los criterios para que un especialista valore urgentemente a un paciente, varían en función de la hora que sea.
- Argumento de Server para las pruebas de alta tecnología: cuando un paciente te pide una prueba muy específica (léase TAC o Resonancia), le pides una Radiografía (ojo, si no hay indicaciones de otra cosa), y si es normal, se lo indicas con las siguientes palabras, con tono serio y de gravedad: "Afortunadamente y gracias a Dios, la radiografía es normal, por lo que no es necesario hacer más pruebas". Eficacia comprobada.
- Corolario del paciente golpeado: los golpes, aunque no haya nada roto... DUELEN.
- Mandamiento de Sevillano: Informarás a todos y cada uno de los acompañantes del paciente que vayan pasando por la observación. Para evitarlo... elige al que parezca más inteligente y nómbralo portavoz.
- Ley de Brea para los traumatismos oculares: los ojos no tienen hueso, no se ven en trauma.
- Ley de Brea para los traumatismos testiculares: los testículos no tienen hueso, no se ven en trauma.
- Ley de la Medicina Interna: se ha caído y se ha mareado, es de Trauma.
- Ley de la Trauma: se ha mareado y se ha caído, es de Interna.
- Ley de Alfredo de lo más normal: Si tiene pico, plumas, y hace cua-cua, puede ser un perro muy raro, pero lo más normal es que sea un pato. Así que señora, parece un absceso, así que pensaremos en un absceso antes que en un cáncer.
- Ley del motivo de alta: un paciente que no caga no quiere irse de alta. Puede haber superado un infarto, una trombosis, una neumonía.... pero si no caga no se va de alta. Por suerte, existen los enemas de limpieza.
- Ley de la proyección de pus: al drenar un absceso a tensión, no te sitúes en la línea de fuego.
- La soledad del celador: cuando llamas a un celador, sobre todo en horario nocturno, de cambio de turno o en horas de comida, no podrá atenderte porque está solo. Y no solo eso, sino que además te preguntará si es que no hay ningún compañero suyo ahí desde donde tú llamas. La respuesta es que NO, que por eso le llamas.
- Mandamiento del Ente (o de la venganza banderilleril): a partir de las 12 de medianoche, toda medicación susceptible de ser administrada intramuscular, será administrada de forma intramuscular.
(Es que a mi Maettra no le puedo negar nada)
- Si lo que estás haciendo funciona, sigue haciendolo.
- Si lo que estás haciendo no funciona, deja de hacerlo.
- Si no sabes que hacer, no hagas nada.
- Por encima de todas las leyes... jamás permita que tu paciente caiga en manos de un cirujano.
Secuestrado por el pluriempleo
Un mes. Ya ha pasado el primer mes desde que soy especialista (un mes y una semana, concretamente, o dos...)
Han pasado muchas cosas en un mes y dos semanas, y como para contarlas todas... Lo cierto es que estoy cansado, pero muy contento. Las guardias en Santa Pola... nada nuevo bajo el sol, como decía en mi penúltimo post. Los adjuntos que antes se tocaban las bowlings, ahora se las siguen tocando a mi costa (y a la de los residentes, mis compañeros hasta hace bien poco, y qué carajo... siguen siendo mis mejores compañeros).
Ayer, sin ir más lejos, una compañera adjunta estuvo revoloteando de acá para allá en la guardia, y no exagero si os digo que no vio ni la mitad de pacientes que la residente y yo (no digo la suma, digo la mitad de cada uno!).
Y... otra cosa... no paso por ser un reaccionario ni una persona conservadora, soy de los que viven y dejan vivir. Pero... como os lo explicaría: imaginad que estáis en casa de un amigo, que la abuela de dicho amigo se pone malita y llamáis a un médico. Y aparece un ser con pijama blanco arriba(no de dormir, digo de uniforme médico)... y minifalda-pantalón debajo. ¿No bajaría vuestra confianza en el médico unos cuántos puntos? Pues eso.
En el hospital... se nota que la gente se va de vacaciones y hay mucha gente nueva. Es todo lo mismo, pero con más gente, más despacio, y más dudas que tienes que resolver tú. Pensaba que lo de ser adjunto era un chollo... pero ni hablar. Ves tus propios pacientes (con mayor proporción de paciente/marrón, que ya eres adjuntos) y además los de tus residentes (les tienes que supervisar y formar). Y se produce el fenómeno del recién adjunto: que los compañeros echan mano de ti, que te tienen más confianza y menos miedo. Toca aguantarse y no pegar ningún estufido, que cuando se los daban a uno sentaban muy mal.
Luego, la clínica de Almoradí... bastante relajadita.
Y el Elche CF... para mí sigue siendo un privilegio trabajar ahí.
En fin... que mi primer mes de "aprovecha y trabaja todo lo que puedas" se ha saldado de forma bastante positiva. Sigo vivo. Con menos tiempo para mí (y sobre todo para los míos), pero bien. Solo dos meses más a este ritmo.
P.D. Por primera vez en 4 años voy a poder estar en la Roà!!!!!!!!!!!
viernes, julio 07, 2006
Chistes de médicos
A lo largo de la residencia uno oye, inventa y acaba por comprender algunos chistes de médicos. Aquí pongo algunos, a ver si son demasiado "de médicos" o los pilláis.
- ¿Donde esconder un billete de 500€ para que nunca lo encuentre a....
...un cirujano?
Dentro de la Historia Clínica.
...un traumatógo?
Dentro del Harrison (Manual de Medicina Interna).
...un internista?
Dentro de un vendaje.
...un cirujano plástico?
En ningun lado... LOS HUELEN A DISTANCIA!!!!
- ¿Cual es la principal diferencia entre un cirujano y Dios?
- ¿Cómo reconocer dentro de un quirófano a los diferentes especialistas sólo por los zuecos?
El traumatólogo, pegotes de yeso y virutas de hueso.
El cirujano plástico, pegotes de silicona.
El anestesista... manchas de café.
- ¿Dónde le dejarías una nota a un anestesista para que la viese seguro?
jueves, julio 06, 2006
Leaving Santa Pola
Primera guardia veranil de adjunto en Santa Pola...
SSDD (Same Shit, Different Day). No he hecho nada más de lo que ya hacía cuando era residente. Bueno, salvo una: he dormido en la suite. La suite es "la habitación del adjunto". Solo que en los meses del verano hay dos adjuntos. Y mi compañero de ayer, me la cedió.
Ninguna bicoca, no os creáis. Es la habitación que está en medio del pasillo de urgencias, junto a la máquina de fotocopias, junto a la salita de estar (donde está la TV). Y además el muy canalla se apropió de la almohada, así que (perro viejo pero no tanto) me apañé con una manta enrollada dentro de una funda de almohada.
Este buen compañero, es el doctor Y, un pediatra que trabaja menos que el peluquero de Mister Limpio. Tiene una pose propia que le caracteriza. Os la describo: repantigado en el sofá, con el codo derecho apoyado y el antebrazo en un angulo de 90º, la mano ligeramente caída hacia atrás. Así pasa el 85% de las guardias. Ayer, en los 45 minutos que le vi trabajar, le vi atendiendo a una señora, repantigado en la silla, con el codo derecho apoyado y el antebrazo en un ángulo de 90º... etc... Estoy seguro que estaba pasando de todo lo que la madre de la criatura le contaba.
Por lo demás, guardia estándar. Atendí a muchos niños con fiebre. O mejor dicho... a las madres de los niños con fiebre. Porque los niños estaban pegando botes por la consulta. Pero la madre lo traía y "así se quedaba tranquila". Mención especial a la madre que traía a su hija porque le había dado fiebre "de repente". Exploro, de arriba a abajo, y no encuentro nada. Lo cual, según manifestó la madre de la criatura, "aún se quedaba menos tranquila". Le explico que la fiebre de forma aislada no es nada de lo que preocuparse, que son infecciones banales, etcetera etcetera. Y me insiste: "Ya, pero ¿es normal que la fiebre dé de repente?". Estuve por contestarle que no, que normalmente publican en el BOE que su hija tendrá fiebre mañana por la tarde a las 7. Pero como sé que si lo hago jamás seré el médico de los hijos de JL... me callé.
Ante quien no pude callarme fue ante la chica que al prescribirle determinada crema para un eccema, me dijo "Esa no, que me sienta mal".
Mi respuesta: "Ya sabes que no se come, que se aplica sobre la piel, ¿no?"
Un dia me van a partir la boca, lo sé.
SSDD (Same Shit, Different Day). No he hecho nada más de lo que ya hacía cuando era residente. Bueno, salvo una: he dormido en la suite. La suite es "la habitación del adjunto". Solo que en los meses del verano hay dos adjuntos. Y mi compañero de ayer, me la cedió.
Ninguna bicoca, no os creáis. Es la habitación que está en medio del pasillo de urgencias, junto a la máquina de fotocopias, junto a la salita de estar (donde está la TV). Y además el muy canalla se apropió de la almohada, así que (perro viejo pero no tanto) me apañé con una manta enrollada dentro de una funda de almohada.
Este buen compañero, es el doctor Y, un pediatra que trabaja menos que el peluquero de Mister Limpio. Tiene una pose propia que le caracteriza. Os la describo: repantigado en el sofá, con el codo derecho apoyado y el antebrazo en un angulo de 90º, la mano ligeramente caída hacia atrás. Así pasa el 85% de las guardias. Ayer, en los 45 minutos que le vi trabajar, le vi atendiendo a una señora, repantigado en la silla, con el codo derecho apoyado y el antebrazo en un ángulo de 90º... etc... Estoy seguro que estaba pasando de todo lo que la madre de la criatura le contaba.
Por lo demás, guardia estándar. Atendí a muchos niños con fiebre. O mejor dicho... a las madres de los niños con fiebre. Porque los niños estaban pegando botes por la consulta. Pero la madre lo traía y "así se quedaba tranquila". Mención especial a la madre que traía a su hija porque le había dado fiebre "de repente". Exploro, de arriba a abajo, y no encuentro nada. Lo cual, según manifestó la madre de la criatura, "aún se quedaba menos tranquila". Le explico que la fiebre de forma aislada no es nada de lo que preocuparse, que son infecciones banales, etcetera etcetera. Y me insiste: "Ya, pero ¿es normal que la fiebre dé de repente?". Estuve por contestarle que no, que normalmente publican en el BOE que su hija tendrá fiebre mañana por la tarde a las 7. Pero como sé que si lo hago jamás seré el médico de los hijos de JL... me callé.
Ante quien no pude callarme fue ante la chica que al prescribirle determinada crema para un eccema, me dijo "Esa no, que me sienta mal".
Mi respuesta: "Ya sabes que no se come, que se aplica sobre la piel, ¿no?"
Un dia me van a partir la boca, lo sé.
martes, julio 04, 2006
Volando solo
Ahora que soy especialista, mi trabajo no es tutelado. Más bien tutelo yo el trabajo de los residentes.
El viernes pasado tuve mi primera guardia hospitalaria como "adjunto" (un adjunto es un médico que ya no está en formación a nivel oficial). Fue de trauma, mi favorita.
La residente me debía de sacar unos 10 años, pero era la residente y yo el adjunto, con lo cual, yo mandaba. Aun estaba verdecita, con lo que tuve que sacar adelante yo lo más laborioso (cortes, reducciones, fracturas, luxaciones,...). La verdad es que disfruté. Me acosté a las 5 de la madrugada (y eso que no había demasiado trabajo, sino que venían espaciaditos los muy desgraciados), pero disfruté.
Una pequeña sensación en la boca del estómago al no tener a nadie al lado a quien preguntar o en quien apoyarte... pero eso fue todo. Me tendré que acostumbrar, que remedio.
Uno siente un poco de vértigo. Me siento preparado, pero pasar de un día a a otro a no tener apenas responsabilidad (jurídica, oficial, porque la moral siempre la he notado), a tenerla TODA... algo de vértigo hay que notar, si no... es que no tienes nada entre pecho y espalda.
Ahora que no soy residente ni estoy en Altabix, debería cambiar el título del Blog.
¿Que dónde perpetrará ahora sus acciones médicas Herrdoktor?
Este verano estaré haciendo guardias en el Hospital de Elche, en el centro de salud de Santa Pola, pasaré alguna mañana y/o alguna tarde en la clinica de mi nuevo jefe, en Almoradí... y soy parte del nuevo servicio médico del Elche C.F.!!!! A algunos esto como que os resbalará, pero a mí me hace una ilusión terrible. Porque es mi equipo de siempre, porque es el equipo donde jugó y ha trabajado tantos años mi padre, porque es el equipo donde trabajó mi abuelo...
En fin... un añito para seguir aprendiendo... viajando con el equipo...
Seguro que da de sí para contaros más historias.
Un saludo.
miércoles, junio 21, 2006
El año que aprendí a ser médico
Parece mentira, pero ya ha pasado un año desde que empecé en el centro de salud. El tiempo vuela cuando lo pasas bien, resumiendo de forma simplista.
Llegué siendo el amo del cotarro de las urgencias, acostumbrado a explorar, examinar, diagnosticar y tratar a mi aire, sin depender practicamente de nadie. Y me encontré con cerca de dos meses en los que miraba, exploraba y escuchaba. No hacía un papel, no recetaba, no tomaba la iniciativa. Pensaréis que me resultaría frustrante, pero no. Ya llegué con la idea de ser una esponja, de aprender todo lo que pudiese en este año. Con la idea de que todo llega en su debido momento. Con una confianza ciega en mi tutor, mi maestro, mi amigo Donadoni. Y esa confianza ha dado su fruto, ha demostrado dia a dia valer la pena, hasta el final.
Ha sido un año de ratificarme en que no hay enfermedades, sino enfermos. En que el enfermar está influido por muchas circunstancias. En que uno enferma no sólo del cuerpo, sino del alma. En que para curar no siempre hacen falta medicamentos. En que escuchar atentamente o una palabra o un gesto de apoyo alivian mucho más que cien inyecciones.
Ha sido un año en el que he aprendido a dedicar un par de minutos más en dar la posibilidad a un paciente a contar algo que no se atreve, o algo que no sabe que influye.
Ha sido un año en el que me he atrevido a preguntar eso que sabes que irá seguido de una larga conversación, pese a tener media hora de retraso y tener la sala de espera abarrotada.
Ha sido un año en el que he aprendido a mantener el tipo ante gente que pensaba que no lo merecía.
Ha sido un año en el que he aprendido a tener más paciencia, a respirar hondo, templarme y hacer las cosas como se tienen que hacer.
Ha sido un año en el que he apenas vislumbrado el pedazo de médico que es Donadoni. Y le he contagiado mi memoria para las palabras o frases chocantes que nos han regalado los pacientes.
Ha sido un año en el que he ido TODOS LOS DIAS animado a trabajar, con ganas, y alegre.
Ha sido el año en el que finalmente me he sentido médico, pues he aprendido a serlo.
martes, junio 13, 2006
Al teléfono!!
Ring Ring!!!
"-Diga?
-Donadoni?
-No, soy Herrdoktor, su residente.
-Ah, sí. Tiene un aviso a domicilio, les he cogido nota... ¿le paso la llamada?
-Sí, claro. Muchas gracias.
-De nada, le paso.
-.... (click)....
-Digame!-digo tras oir que ha pasado la llamada la administrativa del mostrador.
-... ¿es usted?
-O_o... pues... en efecto, yo soy yo... y usted? (no lo he po dido resistir, lo siento)
-¿Es Donadoni?
-No, soy Herrdoktor, el ayudante (no he conseguido que entiendan lo de "el otro médico" ni mucho menos "el residente"."
miércoles, junio 07, 2006
La loca de la noche de las aleluyas
El domingo de las aleluyas, para los que sois de fuera de Elche o no conocéis sus tradiciones, es el último domingo de semana santa. Se llama así por las estampitas de varios colores de temas religiosos que se lanzan por los balcones al paso de la Virgen de la Asunción sacada en procesión por sus fieles.
El año pasado, estaba yo de guardia en el Hospital ese día, el domingo de las aleluyas. Estaba siendo una guardia bastante buena. Para esas fechas ya me había ganado cierta fama de bromista entre los compañeros. Y también había ganado una cómplice, una auxiliar de clínica llamada Estrella, que me hacía de gancho en alguna broma. Días atrás me había comentado que preparaba una buena para el domingo de las aleluyas, que contaba conmigo.
A las 4:30 de la madrugada era el cambio de turno. Dejamos todo preparado. Cuando bajaron mis somnolientas compañeras, les contamos lo que dejábamos para que ellas solucionasen, o para que estuvieran al tanto del resultado de tal o cual análisis... lo habitual. Pero dejamos para el final un caso más complicado. Acababan de traer a una mujer, al parecer paciente de psiquiatría, que habían encontrado vagando desorientada por las calles. Estaba un poco agitada y estábamos esperando a la familia, que había denunciado su desaparición el jueves (santo) por la noche, en la procesión. La mujer no dejaba de preguntar que qué día era, y al parecer creía a pies juntillas que era jueves santo. Todo esto se lo iba contando muy serio mientras íbamos hacia la sala de Psiqui (una sala que hay preparada para si hace falta contener con correas a los pacientes psiquiátricos). A la puerta, dos celadores grandotes y los dos guardas de seguridad de turno.
Las compañeras se miraron angustiadas, me miraron angustiadas y me pidieron que me quedara hasta que entrasen. Yo les contesté que por supuesto, que las acompañaba hasta que hiciese falta, que faltaría más.
Cuando entraron, se encontraron la habitación en oscuras, unicamente iluminada por el cirio que portaba una mujer vestida de negro, con teja, mantilla y gafas de sol. Las piernas cruzadas dejaban ver un liguero. Y entonces la mujer comenzó a cantar "Una saeta al cantaaaaaaaaaaaaaaaar... al cristo deeeeee los gitaaaaaaaaanoooooooooooos", mientras aleluyas caían sobre mis estupefactas/aterrorizadas compañeras, lanzadas por dos auxiliares más que había dentro de la habitación.
Desde entonces, estas compañeras no me creen nada raro que les cuente en una guardia...
Foto conmemorativa del evento:
De izquierda a derecha: Estrella (como la Loca de las Aleluyas), Lola (as herself), Herrdoktor (as a Doctor).
El año pasado, estaba yo de guardia en el Hospital ese día, el domingo de las aleluyas. Estaba siendo una guardia bastante buena. Para esas fechas ya me había ganado cierta fama de bromista entre los compañeros. Y también había ganado una cómplice, una auxiliar de clínica llamada Estrella, que me hacía de gancho en alguna broma. Días atrás me había comentado que preparaba una buena para el domingo de las aleluyas, que contaba conmigo.
A las 4:30 de la madrugada era el cambio de turno. Dejamos todo preparado. Cuando bajaron mis somnolientas compañeras, les contamos lo que dejábamos para que ellas solucionasen, o para que estuvieran al tanto del resultado de tal o cual análisis... lo habitual. Pero dejamos para el final un caso más complicado. Acababan de traer a una mujer, al parecer paciente de psiquiatría, que habían encontrado vagando desorientada por las calles. Estaba un poco agitada y estábamos esperando a la familia, que había denunciado su desaparición el jueves (santo) por la noche, en la procesión. La mujer no dejaba de preguntar que qué día era, y al parecer creía a pies juntillas que era jueves santo. Todo esto se lo iba contando muy serio mientras íbamos hacia la sala de Psiqui (una sala que hay preparada para si hace falta contener con correas a los pacientes psiquiátricos). A la puerta, dos celadores grandotes y los dos guardas de seguridad de turno.
Las compañeras se miraron angustiadas, me miraron angustiadas y me pidieron que me quedara hasta que entrasen. Yo les contesté que por supuesto, que las acompañaba hasta que hiciese falta, que faltaría más.
Cuando entraron, se encontraron la habitación en oscuras, unicamente iluminada por el cirio que portaba una mujer vestida de negro, con teja, mantilla y gafas de sol. Las piernas cruzadas dejaban ver un liguero. Y entonces la mujer comenzó a cantar "Una saeta al cantaaaaaaaaaaaaaaaar... al cristo deeeeee los gitaaaaaaaaanoooooooooooos", mientras aleluyas caían sobre mis estupefactas/aterrorizadas compañeras, lanzadas por dos auxiliares más que había dentro de la habitación.
Desde entonces, estas compañeras no me creen nada raro que les cuente en una guardia...
Foto conmemorativa del evento:
De izquierda a derecha: Estrella (como la Loca de las Aleluyas), Lola (as herself), Herrdoktor (as a Doctor).
domingo, junio 04, 2006
El culo del Oscar
Mientras dormía la dulce siesta del que sale de guardia, sonó el teléfono. La Maettra, que me cuida mucho y bien, lo cogió rápidamente en la salita. Oigo parte de la conversación:
"-Oye, que si no puede cantar, dinoslo y nos quedamos viendo el Barça.
-...(a JL no le podía oir, pero me imagino que le dijo de todo menos guapa.
-Vale, voy a ver si está despierto."
Y sí, ya estaba despierto. La cosa es que el cantante estaba enfermo y necesitaba que le pinchasen una medicación. Lo primero que se le ocurrió a JL fue que si yo estaba en el hospital le podía colar para que no tardasen mucho en atenderle. Me ofrecí a acompañarle para colarle, pero tras una rápida consulta, JL me preguntó que si le podía pinchar yo mismo. Yo le contesto que por supuesto. Lo único, me dice JL, es que sólo tienen el medicamento, ni jeringa ni aguja ni algodón ni alcohol. Por suerte, en casa tenía de esas cosas, que me traje en una epoca dental conflictiva de la Maettra.
Y organizamos la atención médica. Yo me presentaría en el céntrico hotel donde estaba alojado el cantante, y me identificaría como el médico que había enviado JL, sobre las 22h. Justo a la misma hora a la que comenzaba el certamen. "No te preocupes: hasta que no lleguéis no les dejo empezar", dijo JL.
Y allá que fuimos la Maettra y yo rumbo al centro de Elche, con jeringa, aguja, alcohol y algodón en ristre. Comentando la jugada, nerviosos pero ilusionados. Iba a conocer a uno de mis cantantes favoritos. Bromeando sobre si le contábamos que nos habíamos bajado toda su discografía con el Emule...
Cuando ya estábamos llegando al Hotel, le digo a la Maettra: "No se si es sugestión, pero diría que ese que va por la otra acera es el cantante. Y era, oyes. A la entrada del Hotel, coincidimos. Me presenté: "Eres el cantante?" Aquel, claro, que iba a decir... pos que sí. Le contesto que soy el médico que ha enviado JL. Y me vuelvo a presentar: "Encantado de conocerle, doctor". (Por si no lo sabéis, el cantante es licenciado en Medicina, y comenzó la especialidad de Otorrino). Tras conversar un momento, sobre el medicamento en cuestión, si era mejor administrárselo ahora o más tarde, decidimos subir a la habitación, su manager, él y yo. Mientras yo voy preparando la inyección, él va contandome que en efecto hizo un año o dos de ORL, pero luego se lo dejó. Parte de su familia, me cuenta, son médicos. Yo le contesto: "Y tu has sido la oveja negra". Se rió, cercano, normal, majete.
Administro la medicación. Me felicita por mi pericia. Me agradece mucho que haya ido al hotel, que haya roto mis planes por él. Yo le contesto que en absoluto, que nuestros planes eran ir a oirle cantar. El manager me dice que a partir de ahora, lo que necesite, sea el concierto donde sea. Yo contesto que el único pago que espero es poder oirle cantar esa noche, que le he elegido en detrimento del Madrid-Barça.
El cantante ríe, y me dice que ya veré, o mejor, que ya oiré. Por último, cuando ya estoy saliendo por la puerta, me pregunta que cómo me llamaba. Le contesto y le deseo suerte y salud.
No me lo creo, mientras voy bajando en ascensor. Acabo de conocer a uno de mis cantantes favoritos, un tipo bastante cercano, cálido. Exactamente la imagen que da a través de su música.
Llegamos al Gran Teatro. En efecto, al cabo de llegar nosotros comienza el certamen. Yo sigo en mi nube.
Por fin, llega el momento del concierto de el cantante. Lo cierto es que está algo mejor, pero sigue sin estar bien, pero, buen músico, consigue que apenas se note.
Y llega el que para mí fue el momento culminante del concierto. En la introducción que hace para la siguiente canción dice lo siguiente: "...y quiero dedicarle esta canción a un amigo que conocí hoy, y que gracias a él me tienen aquí cantando esta noche. Bueno, ahora estoy mal, pero me tendrían que haber visto esta tarde. Se la dedico al Doctor David." (más o menos).
Si estuviste esa noche en el Gran Teatro y creíste ver un fulgor rojizo, ahí estaba yo sentado.
Éste es el que supone uno de mis mejores recuerdos de mi corta carrera como médico. Espero que lo hayáis disfrutado.
P.D. Quieres saber quién es el cantante? Echa un vistazo aquí.
"-Oye, que si no puede cantar, dinoslo y nos quedamos viendo el Barça.
-...(a JL no le podía oir, pero me imagino que le dijo de todo menos guapa.
-Vale, voy a ver si está despierto."
Y sí, ya estaba despierto. La cosa es que el cantante estaba enfermo y necesitaba que le pinchasen una medicación. Lo primero que se le ocurrió a JL fue que si yo estaba en el hospital le podía colar para que no tardasen mucho en atenderle. Me ofrecí a acompañarle para colarle, pero tras una rápida consulta, JL me preguntó que si le podía pinchar yo mismo. Yo le contesto que por supuesto. Lo único, me dice JL, es que sólo tienen el medicamento, ni jeringa ni aguja ni algodón ni alcohol. Por suerte, en casa tenía de esas cosas, que me traje en una epoca dental conflictiva de la Maettra.
Y organizamos la atención médica. Yo me presentaría en el céntrico hotel donde estaba alojado el cantante, y me identificaría como el médico que había enviado JL, sobre las 22h. Justo a la misma hora a la que comenzaba el certamen. "No te preocupes: hasta que no lleguéis no les dejo empezar", dijo JL.
Y allá que fuimos la Maettra y yo rumbo al centro de Elche, con jeringa, aguja, alcohol y algodón en ristre. Comentando la jugada, nerviosos pero ilusionados. Iba a conocer a uno de mis cantantes favoritos. Bromeando sobre si le contábamos que nos habíamos bajado toda su discografía con el Emule...
Cuando ya estábamos llegando al Hotel, le digo a la Maettra: "No se si es sugestión, pero diría que ese que va por la otra acera es el cantante. Y era, oyes. A la entrada del Hotel, coincidimos. Me presenté: "Eres el cantante?" Aquel, claro, que iba a decir... pos que sí. Le contesto que soy el médico que ha enviado JL. Y me vuelvo a presentar: "Encantado de conocerle, doctor". (Por si no lo sabéis, el cantante es licenciado en Medicina, y comenzó la especialidad de Otorrino). Tras conversar un momento, sobre el medicamento en cuestión, si era mejor administrárselo ahora o más tarde, decidimos subir a la habitación, su manager, él y yo. Mientras yo voy preparando la inyección, él va contandome que en efecto hizo un año o dos de ORL, pero luego se lo dejó. Parte de su familia, me cuenta, son médicos. Yo le contesto: "Y tu has sido la oveja negra". Se rió, cercano, normal, majete.
Administro la medicación. Me felicita por mi pericia. Me agradece mucho que haya ido al hotel, que haya roto mis planes por él. Yo le contesto que en absoluto, que nuestros planes eran ir a oirle cantar. El manager me dice que a partir de ahora, lo que necesite, sea el concierto donde sea. Yo contesto que el único pago que espero es poder oirle cantar esa noche, que le he elegido en detrimento del Madrid-Barça.
El cantante ríe, y me dice que ya veré, o mejor, que ya oiré. Por último, cuando ya estoy saliendo por la puerta, me pregunta que cómo me llamaba. Le contesto y le deseo suerte y salud.
No me lo creo, mientras voy bajando en ascensor. Acabo de conocer a uno de mis cantantes favoritos, un tipo bastante cercano, cálido. Exactamente la imagen que da a través de su música.
Llegamos al Gran Teatro. En efecto, al cabo de llegar nosotros comienza el certamen. Yo sigo en mi nube.
Por fin, llega el momento del concierto de el cantante. Lo cierto es que está algo mejor, pero sigue sin estar bien, pero, buen músico, consigue que apenas se note.
Y llega el que para mí fue el momento culminante del concierto. En la introducción que hace para la siguiente canción dice lo siguiente: "...y quiero dedicarle esta canción a un amigo que conocí hoy, y que gracias a él me tienen aquí cantando esta noche. Bueno, ahora estoy mal, pero me tendrían que haber visto esta tarde. Se la dedico al Doctor David." (más o menos).
Si estuviste esa noche en el Gran Teatro y creíste ver un fulgor rojizo, ahí estaba yo sentado.
Éste es el que supone uno de mis mejores recuerdos de mi corta carrera como médico. Espero que lo hayáis disfrutado.
P.D. Quieres saber quién es el cantante? Echa un vistazo aquí.
viernes, junio 02, 2006
Escucha
"La herramienta más útil para un médico, es una silla y una mesa"
Marañón
Marañón
¿Soy bueno como médico? ¿Valgo para esto? ¿Cuáles son mis activos? ¿En qué sobresalgo? ¿En qué me siento más seguro, en qué más inseguro?
Son preguntas que me voy haciendo de tanto en tanto, para intentar mejorar, para intentar motivarme más cada día.
Hasta ahora, he descubierto que soy bueno en descubrir el punto exacto donde más le duele a las personas (física, no moralmente). Ya pueden llegar diciendo que notan un dolor que no pueden localizar, que allá va Herrdoktor y... ping... AHI AHI!! AY AY AY!!!!
Antes, pensaba que era un defecto, una penalidad, pero desde siempre la gente me ha tomado como su confesor. Siempre he tenido una capacidad innata para que la gente me cuente sus cosas, se me sincere... dicen que es porque sé escuchar. Al hilo de esto, os cuento lo que me pasó ayer en la consulta.
Había faltado un compañero médico, y sus pacientes fueron repartidos entre los demás que sí estábamos. En concreto, a mí me tocó la franja de 18 a 19 horas (justo en mitad de mi descanso... vaya).
Entra una señora de unos 70 años, vestida integramente de negro, acompañada por su hija. Desde el principio todo son quejas: dolor de cabeza, dolor de cuello, dolor de espalda, ruidos en los oidos... y el médico que no hace más que mandarle pastillas para el dolor, ni analítica, ni radiografía, ni que la vea un especialista. La hija, con actitud beligerante, me dice que había decidido acompañarla hoy para ver por qué el médico no le pedía esas pruebas y que le dijese lo que pensaba que le pasaba a su madre. Yo les informo de que no soy su médico y por tanto no puedo darles esas explicaciones, pero sí al menos buscar alguna causa que se pueda solucionar. La hija insiste en que es que el médico tal y el médico cual. Le vuelvo a decir que no voy ni a defender a mi compañero ni a darle la razon a ella. Que lo que voy a hacer es intentar ayudar a su madre.
Y sin más ni más... la madre, mi paciente, empieza a contarme que desde que faltó su marido no levanta cabeza. Que ha empeorado de todo desde que enviudó. Le contesto que la comprendo, e indago un poco en si este "duelo" que tiene la pobre mujer se va tornando en depresión o sigue siendo un duelo.
Y de nuevo, sin más ni más, la mujer me cuenta que es que el marido, que estaba en un estado terminal de una enfermedad, se le murió literalmente en sus brazos. La cosa fue más o menos así: le pidió que la abrazase, que tenía frío. La mujer lo abrazó, y al cabo, notó cómo había dejado de respirar. Acto seguido, la pobre mujer rompe a llorar. La animo a que llore y se desahogue.
Me percato de la cara de la hija. Está estupefacta. Ato cabos rápidamente. Pregunto a mi paciente si esto que me acababa de contar se lo había contado a alguien. La hija me responde por ella: no les había dado ese detalle.
La pobre mujer llevaba dos meses... dos meses cargando con ese peso. Solo necesitaba que alguien la escuchase. Alguien a quien descargarle ese horrible fardo.
Y es de lo que os hablaba... me eligió a mí, que en ese momento me sentí orgulloso de haberle dado la posibilidad de contarlo a la mujer. Creo que soy bueno en eso de escuchar.
miércoles, mayo 31, 2006
Prurito
Eso es lo que tenía la mujer... pero no lo sabía. Ella sólo se notaba unos picores en sus partes más íntimas. Por ello decidió, tras vencer la vergüenza y padecer dos semanas, acudir a su médico.
Pero ella no sabía que su médico no estaba en ese momento en la consulta. En su lugar, dos médicos jóvenes: el "ayudante", que recuerda vagamente de haberlo visto a lo largo del último año, y un chico nuevo, con gafas, que debe de ser un "estudiante" (INCISO: era yo hace dos años).
PACIENTE -Buenos día... no está Donadoni?
AYUDANTE -Pues no señora, no está. ¿Le puedo ayudar en algo?
PACIENTE -Ains... no sé. Es que preferiría decírselo a él.
AYUDANTE -Pues hoy no creo que vuelva... si quiere venir otro día.
PACIENTE -Ains... no, ya que está usté se lo pregunto, a ver si me acierta con lo que tengo... Me noto inritás mis partes.
AYUDANTE -¿Irritadas? ¿Cómo? ¿De ganas de rascarse o más bien como escocida?
PACIENTE -Bueno, de ganas de rascarme mayormente, pero yo no voy por ahí rascándome, ¿eh?
AYUDANTE -Sí, claro, claro. Pues nada, le hago un papel y que la vea el ginecólogo de San Fermín.
PACIENTE -¿A San Fermín? Ah...
AYUDANTE -¿Algún problema con el ginecólogo de San Fermín?
PACIENTE -¿Y no me puede dar nada usted?
AYUDANTE -Mejor que la vea un especialista que seguro que le acierta.
PACIENTE -Oiga, ¿y esto no se curaría con métodos naturales?
AYUDANTE -¿Naturales? ¿Por ejemplo?
PACIENTE -Es que el otro día salió un médico en la tele diciendo que ese tipo de cosas se curan con saliva.
O_o
AYUDANTE -¿Pero ese señor era un médico o un proxeneta? ¿La saliva propia o la ajena?
PACIENTE -¿Eihn?
AYUDANTE -No, mire, yo es que... en eso de los medios naturales no creo... vaya al especialista, vaya...
PACIENTE -Bueno... grasia eh? Adió...
Real como la vida misma...
Soy malo
...muy malo ...en ocasiones maligno... pero no con los pacientes , o al menos no voy a hablar de mis maldades con los pacientes, sino con mis otros compañeros (sobre todo los R1 recién llegados). No son novatadas crueles, no como las borregadas de los institutos o las facultades. Son bromas inocentes. Unas más orquestadas que otras, como ahora comprobaréis.
La más recurrente es la de crear a altas horas de la madrugada con la complicidad del/la administrativ@ de urgencias, un registro con un nombre de paciente falso. Generalmente lo hago cuando está cercano el cambio de turno de la noche (en torno a las 4:30-5 de la mañana) y no hay nadie en la sala de espera.
Hasta ahora he conseguido que mis compañeros llamen a:
-Mohamed El-Chirri Al-Morrane (a éste conseguí que lo llamaran tres personas diferentes en un lapso de unos 5 minutos): A uno le sonaba mal lo de Al-Morrane y acabó diciendo por megafonía: "Mohamed el-Chirri... Mohamed el-chirri!!!"... que como el chaval es de Jaén sonaba: "Mohamélchirri Mohamélchirri!!"
-Txomin Stoika Txondo. Este lo estuvo llamando el residente de primer año de cirugía, primero desde el box por megafonía, y luego se fue a llamarlo a la sala de espera, desde donde llamó una vez antes de que el adjunto de guardia saliese corriendo a por él cuando se enteró que había salido a llamarlo. Es tan majete el chaval que se guardó el registro como recuerdo.
-Inocencia Condes Caro: como las compañeras tardaron tanto en bajar y ponerse a ver pacientes, me fui a dormir antes de ver si picaban. Cinco días más tarde, en otra guardia, una de mis compañeras llega y me da una colleja. Sí que lo habían estado llamando, sí.
-Lothar Zahn Delaselva: una compañera muy concienzuda estuvo llamandolo incansable durante cinco minutos. El resto de los compañeros, escondiendonos tras carpetas de historiales para aguantar la risa. Hasta que me dice que qué hace, que no le contesta. Le aconsejo que llame a los celadores para que lo busquen. Los celadores le responden, vía telefónica, que se había fugado con la mona Chita.
-Pedro Espí Dermán (en esta ocasión añadí el motivo de consulta: picadura de araña). La compañera no cayó, hasta que le canté "Espí Dermán, Espí Dermán, donde has ido Espí Dermán".
Tambien en alguna ocasión he apuntado en la pizarra de las camas de observación a:
Ernesto Dejan Over..... encamado por Pancreatitis Aguda.
Alejandro Sanz... desgarro perianal.
Alejandro Lequio... priapismo.
A este tipo de cosas me refiero cuando digo que la voy a armar en mi última guardia...
Pero la más currada fue la de "La loca de la noche de las aleluyas"... no se pierdan el próximo episodio...
MMMMUAJAJAJAJAJAJA!!!
MMMMMMMMUUUUAAAJAJAJAJAJAJA!!!
MMMMMMMMMMMMMMMUUUUUUUAAAAAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAA!!!!!
lunes, mayo 29, 2006
Historia de otra guardia
Domingo en el hospital. Domingo típico de hospital, diría yo. Por la mañana, pocos y con cosas banales. Mucha consulta, poca enfermedad. La que se lleva la palma es la que ha venido del barrio de al lado del hospital (Calle Llimoner, o Eucaliptus, o Morera, ya no recuerdo...):
21 añitos. Vestida de domingo. Palillo adosado a la comisura izquierda de su boca.
-¿Qué te pasa?
-Que anoche me dió un dolor aquí (se señala la barriga), como un pinchazo y no podía dormir.
-Ah... y ahora ¿te duele?
-No, ahora no.
-Ah... bueno... pues túmbate a ver.
Exploro la barriga, y ante mi irónica sorpresa... es normal.
-Bueno, pues esto está normal... (y lo siento, pero no consigo aguantarme)... a ver si es que no te diste cuenta y te tragaste un palillo y por eso te pinchaba algo en la barriga...
-No, no me tragué ningún palillo.
-Ya, ya...
También atendí a una mujer entrada en años. La llamé dos o tres veces por megafonía hasta que vi una pareja entrada en años andar cogida del brazo por el pasillo. Más o menos a mitad, se abre otro pasillo que no lleva a ningún lado... y para allá que enfilaba la pareja. Cuando les llamo y les digo que por ahí no, que por aquí, el hombre me contesta lastimeramente:
-¡¡Es que yo soy ciego y ella sorda!!!
(Pobrets... vaya par...)
Por la tarde, mientras rellenaba papeles para trasladar a un paciente, un familiar de otro paciente que teniamos en observación llega al control, visiblemente alterada, y a gritos me exige que le dé algún calmante a su madre, que tenía dolor de cabeza. Con calma, le explico que no sé quién es su madre y que desconocía que necesitara calmantes, pero que iba a consultar la historia para ver qué le podía dar.
Consulto la historia: Mujer en coma.
Me pregunto cómo se sabe que le duele la cabeza a alguien que está en coma. Aun más, se lo pregunto a la familiar, que ha estado horadándome con la mirada mientras yo perdía el tiempo con mis pesquisas. Me contesta que lo sabe porque hace así (y arruga el ceño).
Mando que le pongan un analgésico (a la paciente, no a la familiar). Más rentable que una discusión que no me iba a llevar a ninguna parte ni iba a acabar bien.
Por la noche, como todos los domingos, la cosa empeoró. Más gente, y gente más grave. De todas formas, nada que nos sobrepasase.
Lo único, lo de siempre. Hay gente que está de guardia igual que uno (cobrando el doble, al menos), que parece que te haga un favor cuando solicitas que haga su trabajo. Hablo de determinados especialistas, tanto los que están de guardia en el hospital como los que están de guardia localizada. Les llamas para que hagan su trabajo como CONSULTORES, y se molestan. Les dices que necesitas que vengan a valorar a un paciente, y se molestan, y discuten con el peón residente de turno. El lunes día 5 es mi última guardia. Y no descarto decirselo a algún especialista: ¿te molesta que te llame? ¿te molesta venir a valorar a un paciente? Pues deja de hacer guardias... ¿o es que te molesta que te paguen las que haces por el morro?
martes, mayo 23, 2006
Santa Pola is different
Anoche, cuando entré de guardia en el centro de salud de Santa Pola, algo me llamó poderosamente la atención. En medio del pasillo, un carrito de la compra con un P-10 (el papelito que se usa en la seguridasosial para pedir algo al enfermero o para justificar que el paciente ha venido al medico) pegado. En él la siguiente leyenda: "Carrito de la compra de Paquita Peres Fernandes. Ha sido trasladada al hospital de Elche. Cuando le den el alta vendrá a por él".
Estoy seguro de que estas cosas no pasan fuera de Santa Pola o Elche.
sábado, mayo 20, 2006
Historia de una guardia
Acabo de llegar a casa del hospital. He estado de guardia desde las 15 horas de ayer hasta las 9:30 de hoy (se supone que acabo a las 9, pero siempre te entretienes con algo).
La verdad es que no ha sido nada mala. Mas bien tranquilita. Cuando llegué, había diez pacientes sin cama de observación asignada, ubicados en camas en medio de los pasillos de la zona de observación. En principio es un mal comienzo. Pero por suerte, no ha ido viniendo mucha gente. Cuando me he querido dar cuenta, se habían subido a todos los pacientes a los que se les había cursado ingreso, y nos han dejado la observación medio vacía. Y así ha seguido la cosa, relajada. Muchos parones, mucho tiempo muerto para conversar. Los enfermeros intentando convencerme para que acepte la oferta de quedarme este verano a hacer guardias (lo cual os he de confesar que supone un orgullo para mí: los enfermeros de urgencias son unos grandísimos profesionales, y que valoren el trabajo de uno...).
Y así hemos seguido de tranquilos hasta la noche.
Al poco de volver de cenar (15 minutos para deglutir algo de ensalada y tres calamares gomosos, si eso es cenar...), mientras veía pacientes, aparece una señora. Pregunta por su marido. No recuerdo haber atendido a ese paciente. Ninguno de mis compañeros tampoco. La señora parece confusa: "No puede ser, le he dejado dando los datos y me he ido a aparcar, me han dicho fuera que lo están atendiendo". Yo, igual de confuso: "Pero que le pasaba a su marido?". La mujer "Que se ha encontrado mal mientras cenaba", me dice señalandose el pecho.
Ay, que hemos perdido a un paciente.
Pero no... desde la consulta de oftalmología, la más alejada, asoma una enfermera diciendo: "Está aquí, le estamos haciendo un electrocardiograma!!". La señora me echa una mirada desafiante y se va hacia allá.
Yo, nobleza obliga, voy detrás, decidido a atender yo al señor. La enfermera me dice que le han hecho el ECG y lo ha visto una compañera. Interrogo al paciente y miro el ECG. Vaya. ECG feo. No me gusta. Puede ser una angina o un infarto.
Así que lo paso al cuarto de paradas (donde ponemos medicación para cosas que se pueden complicar de un momento a otro). Las adjuntas de guardia (mis jefas) pasan conmigo y les cuento. Mientras hacemos preguntas al paciente, empieza la fiesta.
Fuera del cuarto en el que estamos empezamos a oir gritos.
"Que me dejes, tronco, que te lo digo en serio que me dejes que te la estás buscando!!"
Todos, menos el paciente, nos miramos con los ojos muy abiertos. "¿Y eso?"
En estas, que se abre la puerta y entra una celadora veterana con cara de guasa. "Unos detenidos que trae la policia, son para Trauma (vamos, golpes o cortes)".
"Que no sabes con quien te la juegas, tronco, te lo digo en serio"
"....y dice que el dolor era en el pecho y se le iba por un brazo?"
"Que me suelteeeees!!! Sueltameeeeee"
"...sí, doctor, y a la vez tenía sudores fríos"
"Aaaaaaaaaaaaah! Sueltameeeeeeeeeeeee!!!!"
"...y ganas de vomitar?"
"Te vas a enterar!!! JA JA JA JA JA (risas histéricas)"
"No, eso no, doctor"
"Quiero un abogaaaaaaadooooooooo (perdiéndose en la distancia)"
En esas, que se abre la puerta, mis adjuntas pegan un respingo. Pero sólo es Fiona, la intensivista de guardia (adivináis a quién se parece?). Tampoco es para tanto.
Le cuento la misma película a la intensivista. Mientras estudia los ECG que hemos ido haciendo, se vuelve a abrir la puerta. Pega también un respingo. Pero sólo es la celadora de antes, con la misma mirada de guasa.
Esto son las guardias en el Hospital. Y eso que fue normalita.
martes, mayo 16, 2006
Complejo de dependiente
Es lo que muy de tarde en tarde me hacen sentir algunos/as pacientes. Da igual que esté sentado yo en la silla "de pasar consulta". Da igual que en mis pijamas y batas ponga bien grande "MEDICO". Da igual que haya hecho maniobras exploratorias, que haya dado yo diagnósticos, que haya pedido yo pruebas... que me hacen sentir como el dependiente, el mancebo.
Ejemplo: está esa paciente que, aunque sabe que soy médico, aunque le hemos dicho más de una vez que me cuente a mí por qué viene, se sienta girada hacia Donadoni (mi tutor), incluso apoyando el codo más cercano a mí (en lenguaje no verbal, por si no lo domináis, eso quiere decir "me la sudas, nene"). Eso sí, mientras le está contando el motivo (generalmente banal) de su consulta, se gira hacia mí y me dice: "Ponme dos o tres recetas de tal o cual medicamento, nene". En más de una ocasión, le hemos llamado la atención al respecto (muy educadamente, le hemos hecho saber que me tenía que contar a mí lo que le pasaba). Y se ha deshecho en sonrisas y excusas tan reales como un leuro de madera.
Por suerte, mi tutor es un tío grande. Y cuando sale de la consulta deja escapar un "...que pamplinera que es esta mujer...". Y se acaba el mal rollo.
Y también está el paciente que cuando trae el resultado de alguna prueba, lo tiene que ver Donadoni. Por sistema, aunque lo vea yo antes y le de mi impresión, vendrá otra vez más en la siguiente semana y dejará caer lo de la prueba aquella.
Pero no me hago mala sangre. Son muchos años con el mismo médico y es comprensible.
Solo pido un mínimo de educación y respeto. ¿Es mucho pedir?
Porque si tratase yo a determinados pacientes como pienso que se merecen... House sonaría ñoño a mi lado.
Ironías del destino
Tanto hablaros ayer (teóricamente) de "dolor en el dedo" como ejemplo de las dificultaddes de llevar la consulta con ordenador... y... a ver si adivináis cuál ha sido el primer diagnóstico de hoy (por ordenador, ¿eh?)....
Pues sí: DOLOR EN EL DEDO.
Y por cierto: sin problemas con el programilla de marras. Es que somos dos y la mar de listos. A ver si os creeis que yo y este (Donadoni) ibamos a pasarlo mal...
lunes, mayo 15, 2006
Nos informatizan!!!
Leyendo las peripecias de un protocolega como es el Doctor JB me he dado cuenta de que no os he contado una de las novedades más importantes de mi día a día profesional. Nos informatizan la consulta. Todo esto comenzó allá por noviembre. Nos trajeron un terminal, un monitor TFT, y una impresora. Nos dijeron que a partir de diciembre iban a instalar el Abucasis II, el nuevo programa de gestión de la consulta.
Lo mismo dijeron en Enero, Febrero, Marzo y Abril. Y seguiamos con las historias en papel. Y con la terminal, el TFT y la impresora encima de un armario.
Pero en Mayo se pusieron las pilas, nos instalaron el terminal, el TFT y la impresora. Y nos pusieron una fecha: 16 de Mayo. A partir de ese día, podré ver los citados en mi pantalla, los avisos a domicilio; podré introducir los datos de la visita de cada paciente en la terminal, prescribir medicamentos y dar recetas sin aumentar mi callo del tercer dedo de la mano derecha. No tendré el problema de que no me han subido la historia, porque las tenemos todas en una estanteria de la consulta... porque... aqui viene uno de los problemillas: ¿quién mete los datos de la historia "de papel" en el ordenador? El tete y su tutor. ¿Cuándo? Cuando se pueda. En el mismo momento de la visita, en ratos muertos (ja-ja me parto)...
Luego, otro problema. Como es un programa ideado para control de la consulta por parte de la administración (básicamente, para ver cuándo vemos a quién, cuánto tiempo tardamos, qué diagnosticamos y qué damos como tratamiento)... no es todo lo ágil que debería ser para el profesional médico. Por ejemplo, si va una persona por dolor en el dedo, y queremos darle de baja por dolor en el dedo, tenemos que buscar el código de "Dolor en el dedo" en CIE-9. Y eso no es como buscar una canción en el Emule. Puedes poner "Dolor en el dedo"... y que te diga que no lo encuentra. Pero si vas buscando por el índice y vas entrando en submenús... te puedes encontrar "dolor en el dedo" con todas las letras.
Ahora imagínaos que todo el rato que habéis estado leyendo el rollaco que os acabo de meter (si habéis aguantado) es el rato que vuestro médico ha estado atento a la pantalla sin ofreceros atención. Tiempo que se suma al que se os atribuye de visita médica. Tiempo que se acumula.
Se avecinan unos meses buenos.
De momento ya han dejado momentos muy buenos:
1º Curso de Abucasis II. Altabix, 14:30 horas de un día de consulta:
El "profesor": Bueno, pues una vez habéis introducido el código de seguridad, entráis en la Agenda Profesional.
Un "alumno": Para para para... que ya estás como mi hijo!! ¿Dónde has pinchado para entrar ahí?
2º Curso de Abucasis II. Altabix, 14:30 horas del día siguiente:
El "profesor": ... y estos son los diagnósticos de tipo administrativo o no-médico, los que empieza su código por V. A éstos no les podréis asociar prescripción ni baja laboral.
El "alumno": ¿Cómo? ¿Que si un diagnóstico empieza por "V", como "Viriasis", no podré dar medicamentos ni la baja?
Imaginaros a vuestro padre, si no, aprendiendo a hacer lo que lleva haciendo 20 años a mano... con ordenador. Imaginaros a vuestro médico de 65 años escribiendo en vuestra historia informática con técnica bidigital.
Lo dicho... se vienen unos meses la mar de entretenidos...
sábado, mayo 13, 2006
Frases Célebres
lunes, mayo 01, 2006
HerrConsejo
¿Queréis saber algo útil de medicina para quedaros con la gente?
Cuando alguien tenga hipo, miradle fijamente a la vez que le preguntáis muy serios: "¿Qué haces?". Lo más normal es que el hipante te responda que hipar, claro. Entonces, responderéis igual de serios: "Ah, ¿sí? Pues vuelve a hacerlo. Tú vuelve a hacerlo. Vuelve a hipar. Vuelve a hipar y te doy 5 €. Pero vuelve a hipar, venga, vuelve a hipar. Hipa." No le dejéis que hable apenas. Mantened una verborrea en este sentido. Acosadle para que hipe.
La mayor parte de las veces (con la única persona que me ha fallado ha sido con mi mujer, pero ella no cuenta, tiene poderes) no volverá a hipar, no sé por qué extraña regla de tres. ¿Sugestión?
miércoles, abril 26, 2006
Polifonía mental
No, no es que me esté pensando hacerme coralista, con una en casa ya tengo bastante.
Es la manera que tengo de ver a veces la profesión de médico. Me explico.
Cuando ejerces, múltiples opciones asaltan tu razonamiento. ¿Es este medicamento que me pide la enferma el mejor para su enfermedad, el más barato, el que quiere por manía? Se lo doy porque me lo pide, porque es lo mejor, porque es el más barato, porque el representante me cae mejor?
¿Haces caso a lo que piensa que tiene tu paciente? ¿Lo descartas por venir del paciente? ¿Lo tienes en cuenta?
¿Qué criterio sigues? ¿Haces caso a tu ego?
¿Cubres el fallo de un compañero?
¿Apoyas el diagnóstico inicial de tu compañero?
¿Lo criticas delante del paciente?
¿Actúas de forma permisiva ante la actitud abusiva de un paciente?¿Le dices que sí a todo?
¿Le paras los pies desde el principio pese a resultar poco simpático?
Muchos interrogantes. Pocas respuestas. Sobre todo... depende del día que tengas.
Aprender a ser médico es la búsqueda de tu criterio. Y es ser crítico ante todos los criterios.
Y sobre todo... es muy difícil para alguien con inquietudes morales.
Es la manera que tengo de ver a veces la profesión de médico. Me explico.
Cuando ejerces, múltiples opciones asaltan tu razonamiento. ¿Es este medicamento que me pide la enferma el mejor para su enfermedad, el más barato, el que quiere por manía? Se lo doy porque me lo pide, porque es lo mejor, porque es el más barato, porque el representante me cae mejor?
¿Haces caso a lo que piensa que tiene tu paciente? ¿Lo descartas por venir del paciente? ¿Lo tienes en cuenta?
¿Qué criterio sigues? ¿Haces caso a tu ego?
¿Cubres el fallo de un compañero?
¿Apoyas el diagnóstico inicial de tu compañero?
¿Lo criticas delante del paciente?
¿Actúas de forma permisiva ante la actitud abusiva de un paciente?¿Le dices que sí a todo?
¿Le paras los pies desde el principio pese a resultar poco simpático?
Muchos interrogantes. Pocas respuestas. Sobre todo... depende del día que tengas.
Aprender a ser médico es la búsqueda de tu criterio. Y es ser crítico ante todos los criterios.
Y sobre todo... es muy difícil para alguien con inquietudes morales.
domingo, abril 16, 2006
Una legaña
La ambulancia zumba por la carretera de Santa Pola. Yo voy dentro, pendiente de Daniel, un chaval de 4 años que ha llegado ya cuando la guardia tocaba a su fin. Está grave. Muy grave. La infección ha llegado a su sangre, está con mucha fiebre y semiinconsciente. He preferido montarlo en la ambulancia que tenemos en el centro de salud, antes que avisar al SAMU, porque era lo más rápido.
Aunque la respiración es firme, y el pulso también, sé que se puede descompensar en cualquier momento. Y que no tengo más que "estas manitas" y "esta cabecita", más el ambú y poco más para actuar. Así que procuro no pensar en si se descompensa. Miro hacia la carretera, realmente vamos MUY deprisa. Los coches a veces se apartan para dejar pasar, y otras no. Pese a eso, el conductor, adelanta a todos los coches que nos salen al paso. Vale, eso también voy a procurar obviarlo.
Ha llegado a las ocho menos cinco. Menos cinco. Cinco minutos más y se hubiera hecho cargo el relevo. Mi adjunta se ha borrado limpiamente de en medio ("Lo acompañas tú en la ambulancia, ya que lo has empezado tú a ver, ¿verdad?) Y, visto lo visto, comprendo que es lo mejor para Daniel. Al principio no me lo había tomado demasiado en serio. Pero cuando me he sacudido de encima el sueño y la mala leche del turno que he tenido y he comenzado a "ver"... he actuado rápido. Y ahora, mientras voy en la ambulancia dando tumbos, se me come el remordimiento. Quizás esa es la causa de que a diferencia de todas las veces anteriores haya dejado subir en la ambulancia a los padres. Y porque me parece lo más humano.
Y mientras pienso en todo esto, no puedo dejar de fijarme en una legaña que Daniel tiene en su ojo izquierdo. Es lo que más recuerdo del viaje. La legaña de Daniel. Algo tan insignificante en esta situación. Simplemente, mantenerme sereno por si hay que actuar, supongo. Pero es curioso como la atención en este tipo de situaciones se te distrae y concentra tanto en esos detalles tan tontos.
Lucha, Daniel... lucha.
sábado, abril 15, 2006
domingo, abril 09, 2006
¿Que buscas qué? En Urgencias
Tres años haciendo guardias en la puerta de urgencias del Hospital de Elche y casi uno haciendo guardias nocturnas en Santa Pola... dan para muchas cosas. Que nadie se piense que en los centros de salud no se ven cosas graves. Se ven. Y muy graves. Pero también están, como en "Lost"... "Los otros"
Hay gente que va por los motivos más peregrinos que os podáis imaginar a las urgencias de un hospital, o a las urgencias de un centro de salud. A veces, a horas incoherentes. Varios casos como ejemplo:
-Vengo a ver si me pueden dejar unas muletas o una silla de ruedas- Lo dijo una persona que entró por su propio pie, a las 4:00 de la mañana, por la puerta de urgencias. Salió a las 4:01 minutos, dejando detrás un residente dudando entre reirse o llorar.
-Que mi hijo lleva todo el día vomitando- Tras oirlo, el médico, miró su reloj... eran las 8:15 de la mañana.
-Que estaba mirando la tele y me ha dado frío- En efecto, amigo, la tele hoy en día da miedo. Al contárselo a la Maettra, me dijo que a ella le había pasado lo mismo y que se había tapado con una manta... ¿automedicación?
-Que creo que me ha dado un mal aire, me he levantado y he notado como si la boca se me doblase pa un lao. ¿Cree que será un mal aire, doctor? Es que tenía la ventana abierta. Va a ser un mal aire. ¿Puede ser un mal aire, doctor?- Por lo visto, entre los gitanos un "mal aire" es un paralís. Tranquilicé al paciente explicándole que no era un mal aire.
-Que se ha quedado dormida en el autobús, y si no llego a despertarla ni se despierta ni ná, creo que le tienen que hacer un escáner o una resonansia o algo- Con esta paciente usé un recurso aprendido de un gran médico. Le pedí una analítica, ya que la mujer tenía la tensión alta, y diabetes. Cuando llegaron los resultados, normales, por supuesto, comencé con la siguiente coletilla: "Por suerte, y gracias a Dios, no hemos descubierto nada malo, se pueden ir por esta vez tranquilamente a casa". El resultado es extraordinario... probadlo, probadlo...
Y una de las mejores:
-Que tengo un pitido en el oido derecho, y es tan fuerte que hasta mi mujer lo oye y no podemos dormir- Mi somnoliento colega, concienzudo como pocos, pese a lo absurdo de la situación, decide explorar ambos oidos al paciente. Mientras observa un gran tapón de cera en el oido izquierdo del paciente (siempre se comienza por el oido "bueno"), ante su sorpresa, comienza a oir un pitido muy tenuemente. Estupefacto, prosigue la exploración mirando el otro oido, con gran curiosidad. Y no ve nada anómalo. Pero sigue oyendo el pitido. Lo localiza a la altura del brazo izquierdo del paciente. Le sube la manga de la bata y el pijama al paciente y descubre un reloj digital en plena alarma. El pobre hombre lo localizaba en el oido derecho por el gran tapón de cera que tenía en el izquierdo.
Santa Pola, 15 de Agosto de 2005, 3:30 horas de la madrugada:
-Que me han picado unos mosquitos- dice, enseñándome tres picaduras en las piernas.
-¿Y?
-Que me pica.
-¿Y?
-Que no puedo dormir.
-¿Y?
-Que vengo a que me dé algo para el picor.
-Bueno, para eso están también las farmacias.
-Si, pero ustedes siempre dicen que los medicamentos los deben de prescribir los médicos, además, para eso pago la seguridad social.
-... (unodostrescuatrocincoseis yo me calmaré todos lo veréis) Tenga dos pastillitas de estas, tómeselas juntas que le quitarán el picor y además le darán sueño. Buenas noches.
-Gracias. (en ese tono)
-De nada. (en ese tono, tambien).
Y el recurso de otro colega a una de las más odiadas coletillas de nuestra labor, que es cuando discutiendo llegan a decirte aquello de:
-Oiga, que yo le pago a usted, ¿eh?
-¡Hombre! ¡Así que es usted! Pues siéntese, siéntese, qué ganas tenía de conocerle. Siéntese que tenemos que discutir unas cosas de mi salario, con el que no estoy nada de acuerdo.
Ju ju ju...
¿Estamos locos o no?
miércoles, abril 05, 2006
Vademecum medico-paciente
Se me ha ocurrido la brillante idea de hacer un post sobre los medicamentos... (un besito, Ruth, buena idea). Ruth comenzaba con un clásico:
- Gelocatil: "Colocatil". Variantes: "Locatí".
Siguiendo con los analgésicos, tenemos:
- Nolotil: "Dolotil". Y la variante mixta:
- Gelocatil+Nolotil= "Dolocatil"
- Un paciente argentino me comentaba que lo único que tomaba cuando lo asaltaba el dolor de su rodilla era "As". "As" parriba, "As" pabajo... hasta que tuve un póker de ases y no sabía de qué me hablaba. Le transmití mi duda y sacó la etiqueta del medicamento en cuestión: "AAS", las siglas de Ácido Acetil Salicílico, para los familiares, ASPIRINA.
- Mis pacientes también son muy aficionados al Voltaren, tanto en "positorios" , como en Gel, para hacerse "flotaciones".
- Adalat Oros: "Lalalá... de ORO" (haciendo especial hincapié en que sea DE ORO).
- Adiro: "Arido" o "Adiró".
- Emconcor: "Concord"
- Apocard: "Acuapark" (con ésta me tuve que morder la lengua para no soltar la risotada).
- Sintrom: un clásico... "Citrón", "Citroen", "Sitrón".
- O... "esas que me tomo que me hacen orinar, doctor" "¿Que le hacen orinar mucho, blancas y pequeñas, Seguril?" "Seguril seguril al sien por sien no te puedo decir que sean para de orinar, nene, pero sí que son blancas y pequeñas" (Esta no es mía)
- Si con los medicamentos no tienes suficiente, que te hagan un "By-pass", o mejor, un "pay-pay", que es más refrescante.
- Dianben: "Diambién"
- Roname: "Romané"
- Avandia: "Amanda" (mucho Melrose Place se ha visto, señora).
- Edito: Diamicrón: DIMARICÓN
- Tiras reactivas: "Tiras radiactivas".
- Tiras reactivas "One Touch": "Las tiras esas que son uno-dos... GUAN-TÚ" (Ésta es de hoy mismo).
Y ojo!!! Que te den medicamentos de MARCA, nada de los fármacos GENÉTICOS esos...
Y luego está esa pastilla que se toma para la tensión... sí, hombre... esa que es blanquica y pequeñica, que la caja es blanca con las letras verdes y con una línea roja... ¿No sabéis de cual os hablo? ;)
En esas ocasiones a menudo, respondo con lo siguiente: "Si yo le digo que mi coche es blanco, con cuatro ruedas y que tiene un volante... ¿me sabría decir qué marca es?".
lunes, abril 03, 2006
Nombres
Una de las cosas de trabajar en urgencias, es la cantidad de nombres curiosos que ves con el paso de las guardias. Aquí una recopilación-homenaje:
BRIAN: No es tanto por el nombre en sí, sino por la cantidad de variantes, de escritura "fonética". Veamos:
Subamos un paso en el frikismo, y mostremos una de mis joyas en cuanto a los nombres de pacientes:
Anakin Adrian!!! (Inciso: Anakin es el nombre verdadero de Darth Vader, y es el protagonista de los episodios I, II y III de la saga de Star Wars). A mí me gusta muchísimo Star Wars. Pero... ¡Jamás le pondría Anakin a un hijo mio! (En todo caso, Han, o Chewbacca, o Bobba Fett).
Este no estaba mal, verdad? Pues no es el mejor. La joya de la corona de los nombres de pacientes es:
ILOVENY (Pronunciado Ilovení). Era el nombre de la hija de una gitana. Le puso el nombre porque lo vio en una camiseta y se dijo: "Ilovení, que bonito nombre para mi hija". ¿Seguís sin entender el por qué de este nombre? Pensemos: ILOVENY en una camiseta. ¿Aun no? Quizás lo veais más claro así:
BRIAN: No es tanto por el nombre en sí, sino por la cantidad de variantes, de escritura "fonética". Veamos:
- Brayan
- Brahian
- Brallan
- Brahaian
Subamos un paso en el frikismo, y mostremos una de mis joyas en cuanto a los nombres de pacientes:
Anakin Adrian!!! (Inciso: Anakin es el nombre verdadero de Darth Vader, y es el protagonista de los episodios I, II y III de la saga de Star Wars). A mí me gusta muchísimo Star Wars. Pero... ¡Jamás le pondría Anakin a un hijo mio! (En todo caso, Han, o Chewbacca, o Bobba Fett).
Este no estaba mal, verdad? Pues no es el mejor. La joya de la corona de los nombres de pacientes es:
ILOVENY (Pronunciado Ilovení). Era el nombre de la hija de una gitana. Le puso el nombre porque lo vio en una camiseta y se dijo: "Ilovení, que bonito nombre para mi hija". ¿Seguís sin entender el por qué de este nombre? Pensemos: ILOVENY en una camiseta. ¿Aun no? Quizás lo veais más claro así:
I LOVE NY
Continuará...
jueves, marzo 30, 2006
Un ¿Que buscas qué? particular
Siguiendo las iniciativas de tantos otros bloggers, como JL o la Negra, por ejemplo, os pongo una selección de las cadenas de búsqueda más raras con las han accedido a este blog:
- doctor follando a la enferma
- doctores follando enfermeras de 15 años
- doctor follandose a una paciente ver gratis
- enfermeras follando sus doctores
- follando al fontanero... (Lo más parecido a un fontanero que tenemos es un Urólogo, si le vale...)
- no quiero que me atienda un medico residente mir. (Bueno, pues que los mir no atendamos a nadie, así de paso no aprendemos, y cuando se jubilen todos "los que ya saben" no tendremos médicos y la profesión se extinguirá, para alegría de la Negra y JL. Realmente me sale contestar: ¡¡Pues te jodes!! pero no lo haré porque es políticamente incorrecto y porque si no JL me llama chulo y me dice que nunca seré el médico de sus hijos)
- porque me lo merezco. (Claro que sí hombre, como Michel...)
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